lunes, 24 de diciembre de 2012

una idea

El guión parpadea sobre la pantalla esperándome pacientemente, y llevo tanto rato con la vista fija en esa minúscula raya negra intermitente, que hasta he llegado a mantener una conversación con ella.
Raya: " Tranquila María, tengo todo el tiempo del mundo, eres tú la que se ha quedado sin ideas"
Yo:  (suspiro lento y profundo, seguido de silencio)
La verdad es que es cierto, pero me cuesta admitirlo. Supongo que es lo más duro que le puede pasar a alguien con complejo de escritor: tener una crisis de ideas. Porque en realidad, yo creo que siguen ahí, en mi mente... lo que pasa es que necesito que pase algo, o que haya alguien que sin quererlo, de repente encienda mi bombillita y entonces yo sea capaz de verlas.
Así que para Navidad, ese es mi deseo: conseguir una idea... que digo, puestos a pedir, lo que necesito es LA idea, una grande, brillante! Una idea que de pie a mil más, y me devuelva de nuevo al mundo de las palabras, ese mundo donde mi corazón late con más fuerza, ese lugar mágico donde todo es posible al segundo de pensarlo.
Porque para mi, como el instrumento para el músico, o el lienzo para el pintor, ...el mundo de las palabras es el único espejo capaz de mostrarme tal y como soy.
Solo necesito una idea, solo una........

jueves, 6 de diciembre de 2012

Querido lector, espero no molestarte pero tengo una teoría

"Las personas somos como los libros:
*Están aquellos grandes y pesados, llenos de conceptos exactos que no admiten el más mínimo error. No son la clase de libros a los que acudimos con frecuencia, pero en cuanto queremos ser rigurosos y necesitamos un poco de realidad, éstos nos dan exactamente lo que buscamos. Digamos que a todos nos hace falta tener uno cerca, para que cuando nos equivoquemos, nos digan qué es lo que debemos hacer.
*Luego están esos que tienen pocas páginas llenas de dibujos pero tienen las portadas más bonitas que te puedas imaginar. Esos que ves en el escaparate de una librería y por alguna extraña razón, los coges y les echas un vistazo, porque a primera vista te han llamado la atención. Pero luego siempre acaban allí, donde los cogiste, porque tú ya has crecido y crees que esos, son para niños pequeños. Demasiado fáciles de leer; demasiado.... simples? Sea por la razón que sea, no encajan en tu estantería, así que nunca los terminas de leer.
*Y, querido lector, el mundo es una biblioteca, y podría pasarme explicando cada sección de ésta mucho tiempo, pero no me apetece, y seguramente a ti menos... así que me limitaré a enseñarte el pasillo secreto donde se encuentran los libros que suelo leer, los libros que me hacen soñar y aquellos que me inspiran al mismo tiempo, a escribir:  allí, se encuentran los libros que tienen títulos extraños, los de aventuras, y los de amor. También aquellos de espías, de fantasía y de humor. No se por qué, pero son los que me enganchan, los que una vez abiertos soy incapaz de volver a cerrar.
Y te diré por qué:
- Todos, absolutamente todos los que estamos en este mundo, somos escritores y al mismo tiempo críticos. Cada día, cada segundo que vivimos, estamos escribiendo nuestra historia. Y algunos saben perfectamente qué título quieren poner a su vida, mientras otros dejamos que éste cambie a merced del viento.
Somos tímidos para escribir según que palabras, y por eso, algunos capítulos de nuestra vida están todavía escritos en un borrador. Pero todo depende de la persona que nos sostenga en sus manos. Hay veces que puede no gustarle algunos pasajes que hayamos escrito, pero si es un buen lector, no dejará que eso le afecte, nos seguirá leyendo. Y entonces, podrás pasar a limpio todas las palabras que, como escritor, te da vergüenza publicar. Porque aunque nadie las vea, siguen siendo parte de tu historia, parte de ti.
 Así que no te desanimes, porque siempre habrá alguien que se muera de ganas por leerte. ( o releerte, quién sabe)
Yo, por mi parte, nunca dejo de escribir. Me gustaría llegar a ser premio planeta, ya sabes, un libro que sobreviva al tiempo, una historia inmortal. Pero para ello he de crear un buen argumento, y saber decir mucho, con pocas palabras. He de tener suspense, romance y acción; he de ser única. "

Mis preferidos_ los libros difíciles de leer, los poemas no dedicados y las ediciones de bolsillo.
PD: lo sé, es una teoría un tanto curiosa, y siento comparar las personas con los libros (gajes de escritora, supongo) pero creo que me entiendes. Y si no, no te preocupes, a mi a veces también se me hace difícil :)



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mientras cierro los ojos

Mientras cierro los ojos, el mundo sigue ahí fuera: vacío... y lleno.
Vacío de palabras, vacío de besos
lleno de mentiras, de engaños, de secretos.
Vacío de respuestas... lleno de misterios.
Y mientras cierro los ojos el mundo se queda quieto,
se disipan mis dudas y se detiene el tiempo.
Todo es posible, aunque en un principio fuese negro.
Aunque nada sea real, y sólo se escuche el silencio.

Mientras cierro los ojos, ya no tengo miedo.
Si algo me venía grande, ahora se ha hecho pequeño.
Mis problemas mueren, en su lugar sólo hay sueños;
y entonces soy capaz de cumplir mis deseos:
desde pintar sonrisas, hasta cabalgar los cielos.
Porque todo es posible, si crees con fuerza en ello.
Se que no es fácil...empezar de cero,
abandonar en la mente todos tus recuerdos;
pero no te asustes, ya crearás otros nuevos.
Y si decaes, y lloras porque los echas de menos,
hay tiempo suficiente para sentarte y releerlos;
Releer quién eras, recordar a ese niño pequeño
que creía que los conejos blancos vivían en los sombreros.

Ahora toca abrir los ojos, enfrentarse con aquello
con lo que día tras día no haces más que poner "peros".
Sí, la vida, ya sabes a qué me refiero:
ese tren con un sólo vagón de un sólo  pasajero.
Despierta, abre los ojos... no hay tiempo para sueños!
No hay tiempo para ilusiones, ni para creer en cuentos.
Que este tren no espera, si no subes en el momento.

Y es que la vida se mide en segundos, en miradas y en recuerdos,
y no hay nada que perdure, porque nada es eterno...
ni la infancia, ni el dolor; ni siquiera el sentimiento
que ahora intento poner en estos frágiles versos.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Here comes the sun


 Madrid era muy grande o ella demasiado pequeña, pero sus pies seguían recorriendo sus calles en ese día de lluvia.
El mp4 encendido en su bolsillo ponía música de fondo a su paseo sin rumbo. Iba sin paraguas, protegiendo su pelo ya mojado bajo la capucha de su chaqueta azul marina.
Y miraba hacia delante sin ver, proyectando recuerdos en las gotas que caían de un cielo pintado de gris. No pensaba volver a casa...nunca. Se había negado que aquél era un hogar, y eso la hacía mirar el lugar donde vivía como si fuera una cárcel, olvidando que fue ella misma quien había construido los barrotes antes de haberle dado una oportunidad al lugar.
Siguió caminando junto a The Beattles, con las manos escondidas en los bolsillos de sus tejanos y en silencio, absorta en su mundo; un mundo quizás demasiado idílico comparado con la realidad.
Siguió caminando, sin importarle su destino. A fin de cuentas, ¿quién cree en ese estúpido juego llamado “casualidad”? ¿quién se atreve a defender sus ideas, su filosofía de vida, o incluso su propia identidad?
¿quién sino una escasa minoría dentro de este mundo engreído es capaz de creer que todo es posible si se tiene un poco de fe?
Al fin y al cabo, y por triste que parezca, sólo esa dulce minoría cree en si mismos: un conjunto de ilusos, tal vez soñadores o sabios despistados... un conjunto de nombres no escritos entre los que, casi ilegible, y difuminado por una inocente lágrima, se encuentra el suyo.










sábado, 3 de noviembre de 2012

Si algún día me encuentras... bésame


Eh tú! Voy a dedicarte estas palabras, y en el fondo puede que nunca las leas. Aunque, sinceramente, no quiero que lo hagas.
Recuerdo perfectamente cuando te conocí, era verano. Pero ese momento es nuestro y seguirá siendolo hasta que decidas olvidarlo. (momento en el que pasará a ser sólo mío.)
Hacía tiempo que no hablábamos, aunque tampoco es que tengas mucho tema de conversación. Sin embargo nunca he creído que tus silencios sean incómodos, pues los suples con miradas. Y no es que tengas los ojos más bonitos del mundo, es sólo que destilan ternura y sentimiento aunque tú no seas consciente de ello. A veces, cuando llevas observándome demasiado tiempo, olvido que estás ahí y yo también te miro. Repaso tu cuerpo y me detengo en tus labios, suplicándoles que se acerquen a los míos una sola vez.
Pero entonces algo se acciona en mi mente y despierto. Tú nunca serás mío, y es que nunca quise que lo fueras. Ni siquiera ahora quiero. Puede que deseara tenerte durante unas horas... sólo durante un corto espacio de tiempo perdido, sólo durante una noche que al alba no recordemos.
Y volver a mirarnos indiscretamente en nuestro próximo encuentro, analizando cada detalle que pueda decirnos que seguimos siendo los mismos: dos tímidos adolescentes entre los que, hasta ahora, y si lo dicta el destino, nunca llegará a pasar nada.
Pero, si algún día me encuentras, en un futuro... no me preguntes antes de besarme, simplemente hazlo. Escribe un final a nuestra historia de amor inacabada. Y escríbelo con pasión, para que nunca olvide ese beso, para que después de ese lleguen más y más intensos. Escribe sin miedo y con dulzura, y escríbelo en tu mente para poder releernos siempre que eches de menos aquel final de nuestra historia inacabada; siempre que anheles aquel final que nunca llegó a suceder.
Y es que yo nunca quise que pasara, y en el fondo, y tras todas esas miradas...tú tampoco quieres.
Y es que no te quiero, nunca lo hice y probablemente nunca lo haga; pero si algún día me encuentras, pregúntame de nuevo. Quizás entonces no seré tan cobarde como para decirte que te quiero, siempre lo hice y aunque el tiempo decida separarnos...siempre lo haré.  

martes, 30 de octubre de 2012

La pareja del metro

Adoro a los artistas espontáneos que se meten en los vagones del metro y cantan, o tocan toda variedad de instrumentos, o bailan para los desconocidos que compartimos con ellos un viaje.
Me gusta oír esa voz femenina que informa por megafonia del nombre de la siguiente parada, porque me evita bajarme antes de tiempo, e incluso disfruto conviviendo con esa gente que viste extraño o lleva el pelo de diferentes colores, porque realmente admiro la capacidad que tienen de ser ellos mismos sin importarles lo que vaya a pensar o a decir nadie al respecto.
Pero solo hay una cosa, solo una... que no puedo soportar ahí abajo: las parejas empalagosas que se regalan besos parada tras parada, esas que entran a la vez que tú en el vagón y salen cogidos de la mano delante tuyo, haciéndote consciente de que tú no tienes a "esa" persona que te trate como si fueras de cristal. Algunos lo llaman envidia. Lo es. Pero estoy segura de que no soy la única. Probablemente haya más de medio vagón que deteste ver lo empalagosas y detestables (ademas de jodidamente frecuentes) que son las parejas en el metro.
Y cuanto más jóvenes (y cuanto más cerca se encuentren de tu edad); son más aborrecibles.
Aunque, a pesar de todo, siempre me gusta verle la segunda cara a estas cosas, una un poco más romántica y menos sentenciadora.
 Así que allá va la descripción de "la pareja del metro" que, en esta ciudad tan grande, podría ser cualquiera.:
<< Entre la pared del vagón y su cuerpo estaba ella, perdida en sus ojos como si éstos fueran dos estrellas en un cielo apagado; apoyando sus manos sobre su torso: cubierto de músculos fuertes bajo una camiseta ancha. Él, indiferente ante las miradas que, como la mía, ponían su atención en la envidiable escena; se inclinó sobre sus labios y la besó.
Y mientras tanto, yo permanecí inmóvil, como tantas otras veces había hecho y haría, suspirando por el deseo de algún día estar en la piel de esa chica. Por el deseo de salir del vagón sin mirar atrás, porque no hay nada que te retenga. Y salir sin prisa, cogida de la mano de ese chico, dejando atrás las miradas indiscretas de la gente que ansía llegar a ser "la pareja del metro".


jueves, 25 de octubre de 2012

La última hoja de Otoño

25 - Octubre
"No me he olvidado de ti, y el cielo tampoco. Un cielo gris, como tus ojos desteñidos cuando yacías sobre la cama del hospital y te despedías de mi por última vez, aunque fuera en silencio. No me he olvidado de ti, nadie lo ha hecho. Y hoy llueve agua sobre el cementerio y caen tus lágrimas sobre mi pelo. Y se que estás aquí, a mi lado, susurrándome estas palabras mientras te busco al otro lado del cristal de la ventana. Un cristal traicionero que, cada año, y con el tiempo, se empaña por la niebla, difuminando tu cara. Y entonces... solo me queda recordar.
Recuerdo que me enseñaste a reconocer figuras en las nubes, y a dar todo de mi sin que me importase no recibir nada, recuerdo aquellos tiempos felices en los que yo era alguien.... alguien realmente importante dentro de tu mundo. Mundo que compartiste con esa niña pequeña que siempre vivirá dentro de mi, mundo que aún existe y por el que me paseo de vez en cuando. Mundo del que sólo poseemos la llave nosotras dos.Y allí escondemos nuestros secretos, nuestros momentos abuela-nieta, nuestras sonrisas y miradas más cómplices, y es que allí no existe el tiempo. Podemos viajar sin pasaporte y libres de equipaje, porque no necesitamos nada más que nuestra imaginación. Y sí, tú me enseñaste esa palabra, tú fuiste la que me proporcionó alas mientras cruzábamos todos sus niveles, hasta los más imposibles. Porque para ti, no había nada que no pudiese hacerse realidad.
Y ahora, mi imaginación me traiciona, y en ella tú no estás muerta. En ella, soy capaz de decirte unas últimas palabras, porque si hay algo que siento es haber sido tan inocente como para no darme cuenta de que ese 25 de Octubre no era sólo un día más, sino el día que soltarías mi mano hasta que el futuro improvise una forma de volvernos a ver.
Decías que el Otoño era tu estación favorita, que entre los colores amarillos,naranjas y rojizos de los árboles se esconde toda la magia en la que las personas, ingenuas, se niegan a creer. Y decías que el Otoño nunca se acaba hasta que cae la última hoja, para ti la más bonita......
Pero hace tiempo que eso cambió. Aquel 25 de Octubre pasó a ser desde entonces el comienzo del invierno. Un invierno frío y triste en el que faltabas tú. Faltaban tus nudos de bufanda y tus abrigos de piel. Faltaba el calor de tus palabras y ese cautivador aroma a café.
Y perdóname. Perdóname por haber estado tan ciega durante tanto tiempo, y es que hoy me he dado cuenta de que no hubieras querido que hubiese perdido la ilusión por el Otoño, esa estación que una vez hicimos nuestra.
Pero ya no tienes nada que temer. El Otoño te trae conmigo,a nuestra estación, donde las hojas siguen cayendo con su magia, robando las miradas de los soñadores más despiertos. Pero yo las miro con otros ojos, porque para mí tú siempre serás la última hoja de Otoño, la más bonita, y la más mágica."




martes, 23 de octubre de 2012

Para ti, donde quiera que estés



Ayer te vi...creo. Estabas de espaldas y como siempre, no pude ver tu rostro. En la mano derecha sostenías una orquídea azul, un detalle que no se me pasó por alto. Caminabas deprisa, buscando algo.
Se que eras tú, lo sentí. Pero entonces... ¿por qué huías de mi? Tus pasos caminaban en dirección contraria cada vez más deprisa; y no pude mantener tu ritmo. Agotada, me senté en un banco, preguntándome cuando llegaría el día en el que te darás la vuelta y pueda reconocerte. Y es que no entiendo por qué todavía no has empezado a buscarme. Yo, mientras tanto, guardo tus besos para cuando me encuentres, junto a palabras sin sentido y miradas mudas e infinitas, y se que tu escondes mis abrazos y caricias junto a un montón de "te quieros".  Y aunque se que te echo de menos sin conocerte, que anhelo tus sonrisas y tus inocentes errores, que mi corazón sólo late por un desconocido.... me conforta la esperanza de que algún día te sentarás junto a mi en el banco y me darás esa orquídea azul.



sábado, 20 de octubre de 2012

My happy ending.

Querido lector: éste es mi final feliz. Sí, lo se, aún me queda mucho camino por recorrer, pero... ¿y si no consigo nunca uno? ¿ Y si estoy condenada a morir sin poder saborear "mi propio final feliz"?
A veces el destino no te deja elección, no te da la opción de despedirte o de hacer la última locura antes de la eternidad. 
Así que he decidido escribir mi final. De manera que ya conociendo el futuro pueda improvisar en el presente para cumplirlo. Siento adelantarme a los acontecimientos. Pero, querido lector, esta entrada va de finales felices, y lo quieras o no... éste es el mío. 
<<Primero quedé muda, y mis palabras resonaban en mi cabeza cada vez más débiles, hasta que dejé de pensar para escuchar sus voces. Miré a mi alrededor, y estaban todos. No había nadie que hubiera faltado esa agridulce mañana de invierno para acompañarme a mi cita con el destino. Olía a humedad, la ventana se había quedado abierta al irse la enfermera, y fuera aún llovía. El tiempo, que siempre me había parecido ver transcurrir con calma, estaba ahora encerrado en el reloj de la pared, condenado a pasar de largo y perdurar en el más indiferente de los olvidos. Las agujas se movían ávidas a lo largo de su cárcel de cristal, midiendo con frialdad los segundos que me restaban en este mundo. Y dentro de mi, un reloj muy distinto me recordaba que había llegado mi momento. 
Respiré profundamente antes de cerrar los ojos. Ésa sería la última vez que sentiría el aire bajar por mi garganta, llenándome de oxígeno los pulmones. Un latido más, sólo uno, bombearía sangre por todo mi cuerpo, e inerte sobre las sábanas blancas de un hospital yacería mi cuerpo rodeado de todos aquellos que en vida sintieron el más mínimo apego hacia mi. Y me fui, y en mis labios quedaron los restos de una sonrisa congelada.
   El funeral fue sencillo, y más tarde, con el tiempo todo volvería a la normalidad. La gente seguiría con sus vidas, al principio llevándome en cada uno de sus pasos, poco a poco teniendo tan sólo una imagen borrosa de mi; un recuerdo difuminado por los años. 
Y así, como cenizas barridas por el viento, mi nombre desaparecería por fin; durante una fría noche de invierno,  recorriendo el mundo por primera y última vez. >>




miércoles, 10 de octubre de 2012

Verde como las aceitunas


Querida amiga:
Te prometí palabras hace ya unas semanas, y no se si éstas que pinto con cuidado a las 22.51 de un miércoles por la noche te parecerán suficientes; pero espero que te gusten.
No recuerdo como te conocí, si nos presentaron o si fue un encuentro casual, fruto del destino. Pero se que te conocí, o al menos creo conocerte.
Porque... ¿cómo no conocer a alguien que se parece tanto a mi?
Te gusta cantar, creer que los de letras dominaremos el mundo y que barrio sésamo se saltó una generación. Escribes para desahogarte de todo lo que no eres capaz de gritar en voz alta, pero cuando hace falta el carácter aparece. Eres impredecible, dulce e inocente. Te gusta reír, y lo haces a menudo (ahora mismo, por ejemplo); de esa manera tan peculiar y contagiosa. Pero a veces lloras, y conociéndote o ya has empezado o antes de acabar de leer ésto te habré sacado alguna lágrima. Pero no te preocupes, es porque me echas de menos, y lo entiendo; porque yo no te he olvidado ni por un segundo desde que me fui. Y aunque compartimos cerebro, por favor, recuerda siempre que das los mejores abrazos del mundo y que te quiero un montón.
Tus ojos son verdes, como las aceitunas, pero recuerdo perfectamente que  eso no viene de ahí. Recuerdo, con especial cariño, un viaje en autobús sentada a tu lado; valiéndonos de palabras y sonrisas mientras otros se abstraían en sus móviles o cámaras de fotos. Recuerdo que me ayudaste a ganar confianza en mi misma (puede que no te dieras cuenta, pero en gran parte si sigo escribiendo es por aquella pequeña frase que en ese viaje salió de tus labios: “yo creo en ti”)
Verás, cada día es diferente, ni mejor ni peor. Se que a veces digo que ésto me viene muy grande; y es verdad. Es difícil continuar andando, sonriendo aun cuando no tienes ganas, pero cuando estoy triste pienso en ti, en tu risa... y me contagio. Y vuelvo a empezar, a mitad del día con las pilas cargadas, y la razón son aquellas palabras: “yo creo en ti”.
Dicen que la distancia es la peor amiga contra la que se pueda luchar, yo digo que en la distancia lucho por la mejor amiga que se pueda soñar. Y de momento no lo estamos haciendo mal ¿no? Si analizamos, aun sigues leyendo esto así que... no hay motivo para preocuparse.
Pero aunque me gustaría seguir dedicándote mi tiempo y mis palabras, el cielo se ha teñido de añil y la noche envuelve Madrid. Poco a poco las luces de las ventanas se van apagando y la ciudad se duerme esperando que empiece mañana, y yo debería hacer lo mismo.

              Dulces sueños pequeña, no olvides que eres la más grande!



jueves, 20 de septiembre de 2012

"Sing for me and Kiss me slowly... one last time"

Permanezco quieta, con los ojos cerrados y la guitarra abrazada a mi cuerpo sin escuchar ningún acorde.  Olvido el mundo y todo lo que se encuentra en él. Me olvido a mí, te olvido. Pero esta última parte resulta más difícil y no logro mi objetivo. 
  

                                            


Abro los ojos y te odio por no dejarme desaparecer ni por un segundo. Te odio por haberme perdido tan rápido y no haber salido a buscarme. Odio tus ojos, que te volvieron ciego de amor un día y ahora se han abierto para dejar de verme. Odio tus labios que siempre escogían las palabras perfectas y cuando no hacía falta hablar fueron mis mejores confidentes, sabiendo completar mis frases inacabadas con besos.
Odio echarte de menos. Te odio tanto.... que a veces recuerdo que te quiero.
Y ahora cantas para mi en cada una de mis canciones.
Pero no te preocupes, conseguiré echarte de mi mente algún día. Te lo prometo. Aunque de momento me confunda con mentiras diciéndome a mi misma que sigues pensando en mí.
Einstein dijo una vez: "hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana; y de la primera no estoy muy seguro." Y yo me pregunto...¿soy estúpida por creer que algún día el futuro querrá revivir nuestro pasado? ¿ Por creer que el viento te guiará hacia mi?
Y creo que Einstein tenía razón, que la estupidez humana, donde entran mil cosas (entre ellas el amor), es infinita. Que hemos sido infinitamente estúpidos y que lo seguiremos siendo.
Y me he puesto a pensar y he descubierto que adoraba tus miradas confusas que intentaban decirme que escapáramos de allí sin que nadie nos viera, que me derretía cuando cometías errores y parecías tan inocente como un niño, que has conseguido que eche de menos lo pequeña y frágil que me sentía a tu lado.
Pero lo que más noto es el silencio que ocupa el lugar de los latidos de tu corazón desenfrenado y las lágrimas que ya no volverán a caer sobre tu pecho mientras me abrazas y me dices que no pasa nada.
                                                                                                                                                              



Y permanezco quieta, con los ojos cerrados y la guitarra abrazada a mi cuerpo sin escuchar ningún acorde.  Olvido el mundo y todo lo que se encuentra en él. Me olvido a mí, te olvido. Pero esta última parte resulta más difícil y desisto, aunque me haga daño, porque como dijo Einstein una vez: "Hay dos cosas que son infinitas..." y si el universo no es una de ellas; en mi universo tú lo eres por los dos. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012


"...Giró la pequeña cajita de cristal y la cogió entre sus manos, observando como nevaba en aquel mundo tan frágil y ajeno al suyo, esperando a que cayera el último copo de nieve.
Corriendo fuera de su cuarto, enfundada en su viejo abrigo beige, el gorro gris y unos guantes de lana salió a la calle. Y mirando a un cielo blanco imaginó que, en algún lugar muy lejos de allí, alguien había girado su pequeña cajita de cristal."

lunes, 17 de septiembre de 2012

good luck, young soldier :)




Recibí órdenes de no moverme, de mantener mi puesto a la espera de una señal: la guerra había comenzado.
Me quedé quieta, conteniendo el aliento. Mi pulso se iba acelerando y mi corazón bombeaba sangre por mi cuerpo violentamente a causa de la adrenalina.
No podía hacer nada... salvo esperar.
Después de unas horas sin actuar, escuchando los ruidos de las bombas que caían sobre mi, decidí huir. Era impotencia y frustración lo que sentía mientras mis pasos se alejaban de allí lo más rápido posible. 
Y mientras corría sin saber a dónde, cubriéndome la cabeza con las manos para protegerme... todo a mi alrededor comenzó a cambiar: volvía a estar en casa, sumida en el día a día.
Fue entonces cuando me planteé si llegó a suceder o era mi subconsciente, si en realidad había estado soñando despierta, imaginando que perdía mi propia guerra sin ni siquiera haberme dado la oportunidad de luchar.
Entonces entendí que era yo la que me había estado dando órdenes de escapar, de tirar las armas sin probar antes si estaban cargadas. De huir de mi batalla.
Pero la pregunta que más me intrigaba fue si de verdad había un adversario contra el que luchar, si de verdad esto era una guerra.
“Mantén cerca a tus amigos pero aun más a tus enemigos.”
Por suerte para mí, de momento tengo que ganarme a ambos;  y espero que haya más de los primeros. En el futuro todo se verá.
“Se pueden perder mil batallas, pero todavía tengo tiempo para ganar la guerra... MI guerra”. Una guerra que se juega con otro tipo de armas, y creo que estoy preparada.

Suerte soldado, estoy segura de que lo harás bien. 


viernes, 14 de septiembre de 2012

Mi ángel de la guarda

Este relato es para mi ángel de la guarda, que se que está conmigo en todo momento; y que observa a esta pequeña soñadora desde nuestro rincón favorito del cielo....

- Carmencita!!!
Corro hacia ella y la abrazo lo más fuerte que puedo. Luego me dejo acariciar el pelo mientras mi abuela me llena la cara de besos.
- Hay que ver cómo has crecido. A ver, mírame a los ojos.
Aunque la luz del sol me molesta, intento mantenerlos lo más abiertos posible, tanto que me cuesta no pestañear. Ella esboza una sonrisa.
- Tan profundos y azules como el océano. 
-Tan profundos y azules como los tuyos...- le digo mientras niega con la cabeza y se ríe.
-Mi pequeña niña ya se hace mayor.
Su mirada atraviesa la mía, directa al corazón, y esas palabras se graban con tinta en algún rincón de mi mente.
-Bueno, cuéntame qué tal estás, hace tiempo que no te veo. 
Era cierto, hacía ya tantos años que ni siquiera me atrevo a contarlos. Pero aunque noto una punzada de dolor en mi interior, intento disimularlo cogiéndole de la mano.
Trato de responder lo antes posible, pero de repente la pregunta resuena en mis oídos, y no soy capaz de darle una respuesta. ¿que qué tal estoy? ¿en serio? Este verano ha sido el peor con diferencia de mi vida: me he mudado para estar con la familia, cosa que ahora resulta que no es del todo cierta, ya que mi padre no ha encontrado trabajo y no puede venir con nosotros; he llorado como unas cien veces porque no me hago a la idea de vivir aquí, a tantos kilómetros de la vida que tenía hace apenas unos meses; y cuanto más tiempo paso en mi nuevo hogar más lejos estoy de muchas personas a las que quiero. 
-Bien... 
No contesto nada más. Simplemente me limito a negar la realidad, porque sigo creyendo que si no creo que está pasando; nunca se cumplirá. Pero supongo que ya es tarde para sueños infantiles e imposibles. Sólo quiero protegerla a ella, y a la vez a mi misma de todo. 
Sin querer se me llenan los ojos de lágrimas, y no puedo evitarlo...aunque tampoco quiero. Abrazo a mi abuela con fuerza y ella me sostiene, y me doy cuenta de lo que en realidad la echo de menos. Necesitaba ese abrazo desde hace tiempo. Necesito infinitos segundos a su lado. La necesito.
- No te preocupes-me susurra entonces, con esa voz tan dulce, como si fuera un ángel- todo pasará. Nada dura para siempre.
-Eso no es cierto - replico casi gritando - tú estás aquí ¿lo ves? a mi lado! como me prometiste cuando era pequeña!!
Mis ojos, mi único recurso para verla, están cubiertos por una cortina de agua, y empiezo a moquear y a sollozar tan fuerte que ya no controlo el hipo que nace debajo de mi pecho.
-Tranquila.... yo estaré aquí siempre. Te lo prometo. 
Me besa en la frente mientras su imagen se desvanece despacio, dejando un vacío completamente desolador en su lugar. La busco, corro en todas direcciones diciendo su nombre en voz alta hasta que solo queda un hilo de voz quebrada por las lágrimas.
-Carmencita!!!......
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Me despierto de golpe, sudando entre las sábanas. Sigo llorando cuando me doy cuenta de que solo ha sido un sueño y oculto mi cara en la almohada. Quiero dormirme, volverla a ver. Quiero volver al pasado, a ese hospital donde exhaló su último aliento de vida. Quiero mirar a esa niña de nueve años a los ojos y explicarle que tiene que cuidar de su abuela, que ahora es ella quién la necesita. Quiero que me prometa que asumirá la realidad cuando llegue, que me prometa... que se va a despedir. Que logrará hablar con ella y decirle que la quiere, que estará allí siempre, pase lo que pase a su lado. Que le diga por última vez: "Te quiero" 
Me sumerjo en todos estos pensamientos mientras lloro, un llanto cada vez más lento y ahogado; menos profundo y más calmado. Y acabo dormida entre mis lágrimas, creyendo oír la voz de un ángel alado:
-Buenas noches pequeña, estaré siempre a tu lado.




martes, 11 de septiembre de 2012

It´s going to be all right

" Se pueden sacar bonitas historias por las calles de Madrid. Tú lo sabes. "
Leí el mensaje entonando las palabras con la voz que se que ella habría puesto al escribirlo. Acto seguido sonreí. Es cierto que lo sabía. Además llovía, y ese siempre ha sido un factor interesante en las historias.
Guardé el móvil en el bolsillo y respiré el encandilador perfume que la humedad había dejado impregnado en el aire. El cielo, cubierto de nubes grises, difuminaba la hora; ya que parecía haberse detenido el tiempo en un momento entre la tarde y la noche. La brisa fresca de verano es mi sensación favorita sobre la piel después de una caricia y un buen beso en los labios. Así que disfruto de ella mientras corro hacia mi nuevo piso, pues aunque sin horario, el cielo se ilumina de morado y blanco a parpadeos; anunciando tormenta.
Sigue lloviendo cuando la llave encaja en la cerradura y consigo entrar en mi portal, chorreando agua por el pelo y las pestañas.
Subo al ascensor y pulso el cuarto. En el pequeño espejo que enmarca la pared de enfrente, mi aspecto se ve diferente al de esta mañana. En él aparece una joven de ropa mojada, sonrisa dulce y mirada ausente.
 Me quito las deportivas antes de entrar y camino de puntillas hasta llegar a la ducha. Es una sensación distinta al agua de lluvia, tan fría y desordenada. Ésta cae templada y uniforme sobre mi, haciendo que cada gota me envuelva. Me seco y me pongo ropa limpia. Ya casi es de noche y mi pelo sigue mojado, aunque ahora huele a lavanda.
 Una de las ventanas de mi habitación lleva a una pequeña terracita en la que apenas caben tres personas de ancho. Sin embargo, de largo es más amplia: cinco grandes ventanales cubren la parte superior de la pared, mostrando varios edificios, un tejado y el cielo abierto de Madrid.
Me siento sobre un viejo baúl de madera, abro mi cuaderno y empiezo a escribir.
Ahora ya no llueve, y es probable que una de esas " bonitas historias salpicadas con agua de lluvia" haya terminado. Y es que, querido lector, tengo una teoría:

<< Muchos dicen que cuando llueve es porque los ángeles lloran, pero yo creo que está todo planeado. Que cuando las nubes se juntan y se tiñen de gris significa que hay una historia que está a punto de nacer. Tal vez esas primeras gotas caigan sobre los labios de un primer beso. Quizás sean magia resbalando por el paraguas de una pareja en el parque, o se conviertan en testigos de mil locuras. Sea lo que sea, estoy segura de que la lluvia presencia mil bonitas historias... hasta por las calles de Madrid.>>

Sólo lamento que hoy yo no me encuentre en la calle, ni tenga una bonita historia que contar. Pues es de noche, y no llueve, y las luces de las ventanas se van apagando una a una. Y aquí estoy yo, despierta, contemplando el cielo. Sin darme cuenta de que mi luz sigue encendida, de que mi historia aun no ha acabado. Me abrazo con fuerza las piernas, rodeándome como si fuera una niña pequeña. Aferrándome a mi misma, a mis recuerdos, a todo cuanto echo de menos y a un futuro cercano al que he de enfrentarme yo sola. Me abrazo a mi pasado y sin querer dejo que resbale una lágrima por mi mejilla; una gota que arde sobre mi piel, que duele y deja cicatriz de esas que no se ven. Salgo de mi misma y me veo tan pequeña que tengo ganas de cogerme y arroparme, de decirme que todo va a ir bien... que todo va a ir bien.....






miércoles, 15 de agosto de 2012

Una historia cualquiera


Fue de película. Parecía que de sus labios brotaban palabras escritas premeditadamente por uno de los mejores guionistas de la historia del cine.
Pero para qué detenerme en detalles, en meras palabras cuya única función fue dar paso a un beso. Ese beso que merece la pena ser narrado.  
Fue una noche cualquiera, cuyos protagonistas eran un chico y una chica cualquiera, ambos con la certeza de que existía química entre los dos. Ambos con el sentimiento de una atracción que se acentuaba a cada segundo, llegando a sentir una conexión que sólo el paso del tiempo enfriaría.
Fue un momento cualquiera, rodeado de gente cualquiera. La música de las ferias se escuchaba de fondo, y poco a poco ellos sólo eran capaces de oír sus latidos y su respiración entrecortada mientras permanecían abrazados. 
- Esto no puede estar pasando, es como un cuento de hadas.- Lo dijo en voz alta, y a ella le envolvió su inocencia. Se acercó a su oído, y jugando con las palabras le susurró:
- Te diré un secreto, pero no se lo digas a nadie... yo soy un hada.- Él la miró, y aquellos ojos almendrados se clavaron fijamente en los suyos color mar.
- ¿ Y quién gana al final?- A aquella altura de la conversación él sostenía su cintura delicadamente, como si de un objeto frágil se tratara. Y ella se sentía feliz, en su nube de irrealidad que acababa de crear hace apenas unos minutos.
- ¿Quién quieres que gane?- le preguntó con una sonrisa pintada en la cara, dejando que él dijese la última frase....
- Nosotros. 
Permanecieron en silencio unos segundos; envueltos en la calidez de la noche, sosteniendo esa intensa mirada hasta el último momento. 
Y entonces ocurrió. Al principio fue suave y dulce como el algodón de azúcar, el beso se deshizo en sus labios lentamente, dejando un regusto mágico a vida. Luego se tornó más intenso. Ella suspiró, le miró fijamente y le dio la mano.
- Vayámonos de aquí.
Una vez lejos, fijaron la vista atrás y volvieron a situarse uno frente a otro. El acarició su boca levemente con la suya y entonces la abrazó.
-Bailemos.
Todo parecía difuminarse a su alrededor, careciendo de importancia. La luna en lo alto del cielo los observaba, en esa noche cualquiera donde ya nadie salvo las estrellas eran testigos de esos dos corazones que latían acompasados, el uno pegado al otro.
Volvieron a besarse, esta vez con apremio. No quedaba apenas tiempo aunque los dos jurarían haberlo detenido por un momento.
- He de irme.- Su voz sonaba apenada, estaba claro que no quería, que si hubiera sido por él aquella noche no hubiera acabado nunca.
Ella le besó una vez más.
-No te vayas...
Él hizo un amago de quedarse, continuando aquel beso que pareció eterno.
- Lo siento.- Sus manos permanecían unidas, y ambos se dieron cuenta. Él retrocedió, alejándose de esa chica cualquiera... y sus manos se separaron. Entonces fue ella quien le miró, y sin apartar los ojos de los suyos le enmarcó entre sus manos y memorizó aquella imagen; reteniéndolo en su memoria tanto tiempo como le fuera posible. Él no pudo evitar esbozar una sonrisa, y a ella eso le bastó.
Le vio alejarse, aquel chico cualquiera que había convertido una noche cualquiera, en una noche... de todo menos cualquiera.

Y ahora sólo queda el recuerdo, bonito dirían algunos.. romántico o mágico tal vez.
Sólo quedan dos nombres.. dos nombres, si me permitís decirlo, "cualquiera". Dos nombres que guarda la luna entre sus mil historias.
Sólo queda un baile con los ojos cerrados en la soledad de una calle desierta, una melodía cantada por aquellos labios que se entregaron secretos entre beso y beso.

Secretos cualquiera, tonterías cualquiera, pequeñas e inocentes risas que brotaban de la embriaguez que provocaba el sabor de sus labios, los del uno en el otro.
Sólo queda un paseo cogidos de la mano, una foto mental sin copias ni posibilidad de revelar, una sonrisa, caricias y mil besos encuadernados entre un canon a dos voces: él y ella.
Pero, como siempre, aquello tan sólo se quedó en un recuerdo cualquiera, uno que con suerte oí una vez susurrar a la luna, entre sus mil historias.
Y entre ellas, ésta no es nada más que otra historia cualquiera.

" SU historia cualquiera"





martes, 31 de julio de 2012

Consejos para ti:

Consejos para ti:

- Sube por la escalera de la vida y no mires abajo.
-Pinta ilusiones en las nubes y luego espera a que empiece a llover.
-Colecciona recuerdos buenos, malos, tristes, alegres, aburridos, alucinantes, memorables y de esos que nadie quiera recordar.
-Tatuate tus secretos en la frente, y deja que cada uno piense lo que quiera de ti.
- Rompe las mentiras, trocea los rencores y añádele un toque de crueldad. Bátelo todo junto y trágatelo de un sorbo, aunque sepa a problemas.
-Después cepíllate los dientes con olvido y sé feliz.


- Cuélgate al cuello una llave, y dile al mundo que es la que abre tu corazón.
- Regala sonrisas.
- Inmortaliza miradas.
- Roba las lágrimas.
- Inventa todo cuanto no esté inventado.
-Comete errores y deja que los demás también lo hagan.
- Emborráchate de locura.



-Sé perfectamente imperfecto, el mundo necesita gente así.
- Transforma el llanto en risa, haz desaparecer los miedos y escóndete donde todos te puedan ver.
- Sé el ilusionista, el mago, el pintor, el coleccionista, el único capaz de creer en la magia cuando ya nadie lo hace.
-Nunca desveles tus trucos, y guarda siempre un as en la manga para poder sorprenderlos a todos cuando piensen que no hay nada capaz de impresionarles.
-Reparte fe, porque es algo imprescindible y como todas las cosas importantes...escasa a día de hoy. Pero no te asustes, porque es infinita, nunca se acaba.
- Imprime tu huella y haz mil copias. Luego entrega una a cada persona que veas.
-Cierra los ojos y consigue todos los imposibles en un segundo.



 - Congela el tiempo.
- Rocía de complicidad a tus amigos mientras duermen, y sueña que la     vida empieza tras la muerte.
- Habla entre susurros con la luna y escucha las mil historias que tiene que contarte.
- Mira las estrellas de día, nadie lo hace...pero siguen allí. Mirando desde arriba preguntándose cuándo, dónde y quién será el primero en hacerlas caso cuando no es de noche.
- Adivina formas en las nubes.
- Sal a la calle cuando llueva y da vueltas sobre ti mismo mientras intentas mantener los ojos abiertos mirando al cielo.
- Camufla tus lágrimas entre el agua de  la ducha.
- Canta bajo la lluvia.

- Escribe con tinta invisible tus deseos en las estrellas fugaces. Tal vez algún día regresen, cuando se hallan cumplido.
- No te avergüences de nada ni de nadie.
-Acaricia con la punta de los dedos el aire.
- Sortea oportunidades cada día.
- Cura las heridas más profundas. Ésas que cicatrizan lento en   los corazones tristes.
- Crea finales para todas las historias.
- Descríbete en una palabra. Y que ésa sea "ÚNICO".
- Escucha el silencio.
- Interpreta mil personajes distintos y hazle creer al mundo que puedes ser cuanto te propongas.
- Salta todo lo alto que puedas. Apunta alto, más allá de las nubes.
- Elige a tu ángel de la guarda y pídele ayuda cuando flojees.
- Olvida todo, no pienses en nada y cierra los ojos.
- Evádete a esa realidad paralela en la que nada puede hacerte daño y permanece allí eternamente.
- Haz caso siempre al niño que llevas dentro.
- Hipnotiza a los que lo necesiten con el péndulo de la esperanza.
-Respira, y date cuenta cada vez que cojas aire de que estás vivo.
- Sueña.
- Ama.
- Ríe.
- Vive.
"vive cada día como si fuera el último"













lunes, 23 de julio de 2012

amor inocente,amor idiota.. al fin y al cabo: AMOR

Caminan uno al lado del otro, en silencio.
De pronto, él le pasa un brazo alrededor de su cuello mientras le acaricia el pelo y le susurra al oído muy bajito:
-¿Qué te pasa?
Ella se sonroja.
-Que te quiero. Que por más que pase el tiempo sigo igual de enamorada que la primera vez, cuando te regalé mis labios.
-Nada.
-¿ Estás segura?- insiste él con la voz entrecortada deseando que esta vez su respuesta sea no.
-Sí, estoy segura.
Se alejan con el sol del atardecer uno al lado del otro, una vez más...en silencio.
" Yo también te quiero." Piensa abatido y vuelve a meter sus manos en los bolsillos esperando que tal vez cuando el sol no sea testigo y la magia de las estrellas los envuelva, sus palabras serán mudas y tras una mirada que lo diga todo puedan fundirse en un beso eterno. Un beso de los que, según recuerda, le quitaba el aliento y a la vez le proporcionaba el oxígeno suficiente para seguir respirando. 





jueves, 19 de julio de 2012

Algo un tanto... diferente ;P

<< De donde yo vengo, el mejor piropo que existe es que te llamen "diferente".  >>

Hoy me he puesto a investigar palabras que significasen lo mismo, y ésto es lo que he descubierto;
SINÓNIMOS DE DIFERENTE:
aparte
distinto
insólito
singular
desigual
dispar
diverso
flamante (resplandeciente)
innovador
llamativo
y por último: original.
Original: dícese de personas o cosas fuera de lo común.

¿y eso qué significa?
Pues bien, te diré lo que significa para mi:
Salirse de los límites, dibujar tus propias barreras, empaparte de lo que más te guste y vivir cada día como si fuera el último.
Bailar bajo la lluvia, coleccionar copos de nieve, guardar bajo llave los recuerdos y cumplir hasta el último de los deseos.
Alzar la voz lo más alto posible. Gritar cuando estés solo y sobre todo cuando los demás te miren. Hacerte ver y oír. Observar los pequeños detalles de la vida y levantarte cada mañana antes del amanecer.
Reír tan fuerte como seas capaz y regalar "te quieros" sin detenerte a pensar.
Y nunca, nunca te pares a mirar el reloj, pues eso sólo te hará esclavo del tiempo.
Por último recuerda que la vida sin tí, no sería lo mismo. Sé quién eres e imprime tu nombre en el corazón de aquellos que tienen la suerte de conocerte.


¡¡ Sé tú mismo al infinito % !!



 Y recuerda:  no seas igual......simplemente algo un tanto...diferente ;)



miércoles, 18 de julio de 2012

Mis once canicas azules


Esto es para vosotras, mis once canicas azules:
Carmen, Maria, Bea, Marta, Nadia, Belén, Bea, María, Miriam, Irene y por supuesto... para mí.

Subí corriendo las escaleras con Irene pisándome los talones.
Lo primero que hicimos nada más llegar a casa fue colgar el cuadro junto al corcho, nos sentamos y contemplamos la fotografía enmarcada en la pared.
Teníamos las mejores amigas que se pueda llegar a soñar.

8:30 del día anterior

Voy de un lado a otro buscando algo que ponerme. Pero no puede ser cualquier cosa, tiene que ser algo blanco. Faltan escasos treinta minutos y preparo la bolsa con un pijama, una chaqueta y algo de ropa para el día siguiente. Estoy exhausta; y apenas tengo tiempo de pensar que esta noche será una de las últimas que estemos todas juntas, antes de que nos mudemos a Madrid.
Por fin, en el reloj marcan las 9 en punto y salimos sin tener la menor idea de lo que las próximas horas van a significar para nosotras.
Al abrir la puerta, se iluminan mis ojos, del violín de María sale la más dulce melodía que haya escuchado nunca y mirando a mi alrededor veo once chicas vestidas de blanco que se miran con complicidad y una sonrisa en la cara.
El primer pensamiento que cruza mi mente es "gracias". Gracias por molestaros en hacer que esto sea más fácil de lo que es. No quiero parecer dramática, es sólo que no me había dado cuenta de lo que os voy a echar de menos, y por eso reprimo las lágrimas. No quiero que me veáis llorar, porque no lo merecéis. Este día es vuestro y vosotras sois las verdaderas heroínas de esta historia.

El garaje está decorado con un cable de luces alrededor del techo y en la pared hay un cartel que reza:           "siempre con vosotras". Giro sobre mis pies y veo varios folios, cada uno con una letra. Están colocados de modo que se puede leer: << vivimos un sueño>>.
Entonces, pienso: "no me despertéis nunca. Porque si estoy soñando, prefiero no saber que hay otro mundo ahí fuera. Otra realidad que me toca vivir y que me estoy perdiendo".
Pero los sueños siempre se acaban y tarde o temprano hay que abrir los ojos.
Únicamente espero que cuando llegue el momento esté preparada para lo que venga y deje de soñar mi vida, para vivir mis sueños.

Aquella noche encendimos unos farolillos, en los que escribimos nuestros más profundos deseos.
Fue un momento mágico, y allí estábamos todas, lanzando nuestras esperanzas al cielo y mirando en silencio; viendo como se perdían iluminando la oscuridad de la noche. Habíamos perdido la noción del tiempo, y ya no recuerdo que hora era... aunque creo que, sinceramente, dio igual. El espacio se detuvo, los relojes se pararon y quedó el recuerdo, inmortalizado para siempre en el aire.
Dicen que si dices tu deseo en voz alta no se cumple, y siento mucho haber dejado de creer que es así, porque llevo deseando no irme de aquí demasiado tiempo; y temo que eso no va a pasar. No voy a quedarme para siempre, por eso espero que me perdonéis al deciros lo que esa noche de verano escribí en mi farolillo: "que se cumplan todos sus deseos, y que nos volvamos a ver".
Entonces lo cogí con fuerza, y lo solté despacio mientras que el viento lo alejaba poco a poco, cada vez más alto.
                                                                        
Y en aquel momento, aun teniendo la mente en blanco y al mismo tiempo llena de tantas cosas... no aparté la mirada hasta que mi deseo se perdió más allá de donde mis ojos alcanzaban a ver.  



A vuestro lado es donde mis deseos se hacen realidad. Quizá sea casualidad, tal vez.  Pero dejadme creer que en realidad, siempre ha sido magia. 

Llámame loca...^^

Estoy loca, completamente ida.
La locura; fuente de mis desvelos, consejera de mis dudas, universo paralelo al que escapo pues ha llegado a formar parte de mi... se ha convertido en una necesidad, una adicción, una droga.
Es la sangre que corre por mis venas, el aire que respiran mis pulmones. Lo que me mantiene a salvo, con vida.
Nunca os habréis parado a pensar en qué piensan los locos, incluso si ellos mismos saben que lo están.
Pues bien, yo tampoco. 
Sólo se que en mi demencia, incrementada únicamente por la soledad...pienso.
Y creedme: los locos más peligrosos son los conscientes de su estado. Porque es eso precisamente, lo que hace que enloquezcan cada vez más.

Se puede estar loco de amor, loco de celos... y en la locura sentir dolor, indiferencia o miedo.
Se puede estar loco de pena, de melancolía... y en la locura camuflarlo con la más falsa alegría.
Se puede estar loco de tantas y tantas cosas que sólo de enumerarlas ya habrías entrado en el juego de la locura.
Y una vez dentro te absorbe, te succiona. Como un agujero en medio de la nada. Eres incapaz de salir y si lo intentas eres susceptible a la muerte. Es imposible.
Y es que aunque lo desees con todas tus fuerzas, siempre habrá una pequeña parte de ti que en el fondo luche contra la cordura.
Y, querido lector, eso es lo que hace que sigamos andando; sobreviviendo al día a día. A miradas, a críticas que desconocen la verdad más sincera, a insultos y mil palabras que duelen en el alma, o a silencios capaces de hacerte llorar lágrimas amargas de las que queman la piel.

Locos. Están todos locos. Y mientras tanto intento buscar una cura a la eterna locura. A la psicosis, el delirio, la paranoia y la fantasía. Pero para eso necesito estar sola, volverme loca y estudiar los síntomas.
 Y me retiro a la residencia donde me internaron al nacer. 


Mi manicomio: "un lugar llamado mundo."

sábado, 30 de junio de 2012

Nunca Jamás



La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
Incapaz de apartar los ojos de la noche, exhalo en un suspiro todo el aire que soy capaz de retener en los pulmones. El vaho que sale de mis labios dibuja una nube indefinida que se pierde entre los tejados de Londres, donde los gatos negros se confunden con las sombras y lo único perceptible en la oscuridad es su profunda mirada.
Yo observo con la ventana abierta como las agujas del Big Ben se mueven, como si de un eterno baile se tratara. Deteniéndose tan sólo a las 12 en punto.
Las 12, hora clave en los cuentos de hadas, el momento mágico para cada princesa, cuando su príncipe azul aparece y ambos se pierden en el horizonte para ser felices y comer perdices.
Pero este cuento, lejos de ser otro cualquiera, es el mío; el de una jóven soñadora que se limita a escribir sus más alocadas historias.
Veréis, yo siempre he detestado el rosa, tanto el chicle como el pastel. Prefiero el azul. Y si eso supone ser el príncipe de mi cuento, que así sea. Seré mi propio héroe, seré quién me rescate cuando esté en apuros.
Aunque , para qué engañarte... todos, incluida yo, necesitamos a esa persona. Esa que nos saque de la torre de la monotonía en la que nos sumimos cada día. Porque si no; yo no estaría hoy aquí, mirando fijamente esa segunda estrella a la derecha.
No estaría aquí, deseando que apareciese Peter Pan y me llevase volando al país de Nunca Jamás, donde los niños nunca crecen y todos los sueños se cumplen.

De repente, casi a punto de rendirme, una luz se enciende a dos centímetros de mi nariz. Parpadeo deprisa y me froto los ojos: no es posible.
Campanilla empieza a dar vueltas sobre mi cabeza, rociando polvos de hada por todo mi cuerpo. Y cuando me quiero dar cuenta, mis pies ya no tocan el suelo. Un escalofrío me recorre desde los talones hasta las orejas, donde empieza a pronunciarse una enorme sonrisa.
Son euforia, miedo y una sobredosis de alegría los que laten desacompasados en un mismo corazón.
Y aún así, entre la confusión y el chute de irrealidad, las cosas se tuercen y se hacen más alucinantes.
Una familia entera de mariposas revolotea en mi estómago al percatarse de que, a mi lado, Peter sostiene mi mano. Con fuerza y seguridad, con dulzura y firmeza.
Mis ojos suben por su brazo, pasando por el cuello hasta llegar a los suyos. Y su mirada es pura e inocente como la de un niño.
Pasan segundos sin decir nada, y nos perdemos en el cielo. Creo recordar... rumbo al amanecer.

Sé que parece imposible. Pero es lo que tiene la fantasía: tienes que creer, porque si no; se rompe el hechizo... y despiertas.


Respiro entrecortadamente, estoy asustada. Mi mano está tendida boca arriba sobre la cama, pero él ya no la sostiene con ternura... no me acaricia sin soltarme.
Peter se ha ido. Ha vuelto al mundo de los sueños, del que yo, inconscientemente...acabo de volver.

Y espero a que se haga de noche...otro día más.
Para poder volver a ese mundo en el que me siento a gusto, en el que nunca crezco. Un mundo llamado: Nunca Jamás.


viernes, 29 de junio de 2012

¿Quiénes somos?


Hay veces que aunque estemos rodeados de mucha gente en el fondo lo que deseamos con todas nuestras fuerzas, es estar solos.
Pero este mundo está fabricado con el fin de no dejarnos pensar. Nos rodean de ruidos y así evitan que nos paremos a observar el mundo con los ojos abiertos y sin reloj.
¿De verdad hay tantas cosas que hacer? ¿Realmente no hay tiempo en una vida para descubrir quiénes somos?
Yo creo que no. Pero es difícil no dejarse llevar por la marea y ser tú mismo.
Cuesta ir contracorriente y luchar por lo que uno quiere.
Puede que te tachen de loco, y te den por perdido... pero como escuché una vez hace tiempo:
" ninguna causa está perdida mientras quede un insensato dispuesto a luchar por ella".
Y te criticarán, y hablarán de tí a tus espaldas, pero eso sólo significa que tus pasos van por delante.
Así que no te rindas, pisa fuerte y sigue tu camino. Cada persona es libre de elegir su destino; y nuestro destino es elegir.
En la vida, tú tomas tus propias decisiones y de alguna manera u otra, te han llevado a donde estás hoy.
No sigas a nadie, salvo a tí mismo. Yo miro hacia delante aún sin saber dónde voy.
Sin maleta, con las manos vacías.
Sin detenerme nunca al andar.
Llevo puesta siempre una sonrisa
y no necesito nada más.
Hay veces que aunque estemos rodeados de mucha gente en el fondo lo que deseamos con todas nuestras fuerzas, es estar solos.
Pero si de verdad sabemos quién realmente somos; todo lo demás.. simplemente da igual.


PD: recuerda que eres el protagonista de tu historia, así que nunca dejes que nadie la escriba por ti!

jueves, 28 de junio de 2012

Villanúa...

Existen más de mil palabras, y aún así hay veces que no podemos expresar ni la mitad de lo que sentimos. Tal vez si eligiéramos las adecuadas y las combináramos de modo que pudiesen poner voz a nuestros sentimientos... podríamos sentirnos mejor, dar a conocer nuestra experiencia y compartir nuestros recuerdos.
Pero por alguna razón que desconozco, hoy no encuentro todo cuánto quisiera decir. Mi mente se ha bloqueado y no es capaz de describir lo que esconden esas ocho letras (que solas no dicen nada, pero unidas son un mundo) : VILLANÚA.
Si me pongo a pensar,me doy cuenta de que aunque encontrase las palabras adecuadas, me faltaría tiempo para escribir todo lo que mi corazón guarda.
Así que lo único que puedo decir es gracias. Gracias a todos por tanto.

Aún puedo cerrar los ojos y dibujar en mi mente las estrellas que vestían el cielo cada noche. Un cielo mágico, bajo el cual se tenía la certeza de que cualquier sueño... podía hacerse realidad.

no os olvida:
                                vuestra más fiel admiradora :)

PD:  hasta el año que viene me han dicho ¿no? ^^ un abrazo enorme:  yo!

martes, 19 de junio de 2012

hoy no es otro día de lluvia a este lado del cristal donde no llueve...


Hoy no es otro día de lluvia a este lado del cristal donde no llueve. El cielo se viste de gris y desde la ventana del salón entra la brisa fresca de verano, cargada de un dulce aroma que huele a humedad.
Son las seis de la tarde, pero no lo parece. Falta el sol, ardiendo en las aceras. Falta el ruido de los niños y sus pistolas de agua en la calle.
Aunque si quisiera ser sincera conmigo misma, diría que mañana quiero volver a clase, que estoy triste porque hoy ha sido el último día que los veré a todos juntos: profesores, compañeros y amigos.


Me gustaría despertarme mañana y sentarme en mi pupitre al fondo de la clase, en última fila.
Una vez más, dar una clase de historia y escuchar el "hagan el favor de recoger sus aguas territoriales" de Pepe; o una de mates y oír el taconeo de Silvia cuando se enfada; o una de lengua con María y sus mágicos trucos para aprender sintaxis. Y salir al patio por última vez y hacer educación física con Raúl, que cuando habla usa ese tono cargado de ironía que nunca sabes interpretar.
Sea lo que sea, tengo la sensación de que me dejo algo en ese aula: las épicas frases de Juan, siempre dichas con precisión en el momento exacto; las desventuras de Ahmed y compañía escritas por un par de locos; las miradas cómplices con Bea y Carmen, y las leccioes "tutorial" de papiroflexia con Dani o los Ferbs de Marcos.
Me dejo esa mesa llena de dibujos, una poesía de Isabel, un caramelo de Roberto, varios "te queremos" anónimos y un sinfín de frases sacadas de letras de canciones que a lo largo del curso han puesto banda sonora al montón de horas que he pasado sentada en esa silla.
 Quisiera volver, y despedirme. Despedirme de esa mesa vacía de al lado, que durante el curso ha estado a rebosar de bolas y aviones de papel. Despedirme del diccionario de inglés que sujetaba las lamas de la ventana de atrás y de la arañita que allí tenía su vida hecha. Mirar la ventana y recordar la vez en que se rompió, con una enorme bola de papel celo.
Cerrar los ojos y escuchar la peculiar risa de Norbert, y las carcajadas de Carmen porque otra vez se ha caído al suelo. ( Aunque no confundamos, es que necesitaba cariño y ella le estaba dando un abrazo. )
Oír el sonido de un helicóptero que seguramente está haciendo Mario con un boli girando encima de su cabeza; o los solos de guitarra de Javi cuando se motiva cerrando los ojos.
A decir verdad, este año tampoco ha estado tan mal. Y es que no esperaba tener que echar de menos todo esto, aunque dos lágrimas resvalen por mi mejilla desmintiendo la indiferencia que intento mostrar al haber terminado las clases para siempre en este colegio.


Y es que hoy no es otro día de lluvia a este lado del cristal donde no llueve... o tal vez sí y por eso me vea escribiendo en la terraza la melancolía que late en mi corazón; con la mirada perdida en la cortina de agua que, esta tarde de verano, intenta camuflar el aire.