miércoles, 15 de agosto de 2012

Una historia cualquiera


Fue de película. Parecía que de sus labios brotaban palabras escritas premeditadamente por uno de los mejores guionistas de la historia del cine.
Pero para qué detenerme en detalles, en meras palabras cuya única función fue dar paso a un beso. Ese beso que merece la pena ser narrado.  
Fue una noche cualquiera, cuyos protagonistas eran un chico y una chica cualquiera, ambos con la certeza de que existía química entre los dos. Ambos con el sentimiento de una atracción que se acentuaba a cada segundo, llegando a sentir una conexión que sólo el paso del tiempo enfriaría.
Fue un momento cualquiera, rodeado de gente cualquiera. La música de las ferias se escuchaba de fondo, y poco a poco ellos sólo eran capaces de oír sus latidos y su respiración entrecortada mientras permanecían abrazados. 
- Esto no puede estar pasando, es como un cuento de hadas.- Lo dijo en voz alta, y a ella le envolvió su inocencia. Se acercó a su oído, y jugando con las palabras le susurró:
- Te diré un secreto, pero no se lo digas a nadie... yo soy un hada.- Él la miró, y aquellos ojos almendrados se clavaron fijamente en los suyos color mar.
- ¿ Y quién gana al final?- A aquella altura de la conversación él sostenía su cintura delicadamente, como si de un objeto frágil se tratara. Y ella se sentía feliz, en su nube de irrealidad que acababa de crear hace apenas unos minutos.
- ¿Quién quieres que gane?- le preguntó con una sonrisa pintada en la cara, dejando que él dijese la última frase....
- Nosotros. 
Permanecieron en silencio unos segundos; envueltos en la calidez de la noche, sosteniendo esa intensa mirada hasta el último momento. 
Y entonces ocurrió. Al principio fue suave y dulce como el algodón de azúcar, el beso se deshizo en sus labios lentamente, dejando un regusto mágico a vida. Luego se tornó más intenso. Ella suspiró, le miró fijamente y le dio la mano.
- Vayámonos de aquí.
Una vez lejos, fijaron la vista atrás y volvieron a situarse uno frente a otro. El acarició su boca levemente con la suya y entonces la abrazó.
-Bailemos.
Todo parecía difuminarse a su alrededor, careciendo de importancia. La luna en lo alto del cielo los observaba, en esa noche cualquiera donde ya nadie salvo las estrellas eran testigos de esos dos corazones que latían acompasados, el uno pegado al otro.
Volvieron a besarse, esta vez con apremio. No quedaba apenas tiempo aunque los dos jurarían haberlo detenido por un momento.
- He de irme.- Su voz sonaba apenada, estaba claro que no quería, que si hubiera sido por él aquella noche no hubiera acabado nunca.
Ella le besó una vez más.
-No te vayas...
Él hizo un amago de quedarse, continuando aquel beso que pareció eterno.
- Lo siento.- Sus manos permanecían unidas, y ambos se dieron cuenta. Él retrocedió, alejándose de esa chica cualquiera... y sus manos se separaron. Entonces fue ella quien le miró, y sin apartar los ojos de los suyos le enmarcó entre sus manos y memorizó aquella imagen; reteniéndolo en su memoria tanto tiempo como le fuera posible. Él no pudo evitar esbozar una sonrisa, y a ella eso le bastó.
Le vio alejarse, aquel chico cualquiera que había convertido una noche cualquiera, en una noche... de todo menos cualquiera.

Y ahora sólo queda el recuerdo, bonito dirían algunos.. romántico o mágico tal vez.
Sólo quedan dos nombres.. dos nombres, si me permitís decirlo, "cualquiera". Dos nombres que guarda la luna entre sus mil historias.
Sólo queda un baile con los ojos cerrados en la soledad de una calle desierta, una melodía cantada por aquellos labios que se entregaron secretos entre beso y beso.

Secretos cualquiera, tonterías cualquiera, pequeñas e inocentes risas que brotaban de la embriaguez que provocaba el sabor de sus labios, los del uno en el otro.
Sólo queda un paseo cogidos de la mano, una foto mental sin copias ni posibilidad de revelar, una sonrisa, caricias y mil besos encuadernados entre un canon a dos voces: él y ella.
Pero, como siempre, aquello tan sólo se quedó en un recuerdo cualquiera, uno que con suerte oí una vez susurrar a la luna, entre sus mil historias.
Y entre ellas, ésta no es nada más que otra historia cualquiera.

" SU historia cualquiera"