miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tú representas tormenta, yo tu triste complicidad

Respiro profundamente, e intento no hundirme. Es como si cada bocanada de oxigeno que entra en mis pulmones fuera un golpe de remo que me permite avanzar en la tormenta en la que nos hemos sumergido juntos.
Y disminuye mi ritmo cardíaco aunque no lo pretendas, aunque esa no es la reacción que estabas esperando. Pero, sinceramente, ¿cómo quieres que reaccione?
Vuelven a golpearme tus "inocentes" palabras. Y sé que no iba en serio, que no lo crees... O que por lo menos no eres consciente de lo que estás queriendo decir cuando articulas todos esos sonidos, esos fonemas que viajan en el eco grave de tu voz.
Nunca se te ha dado bien eso de pensar en las consecuencias. Y es que meterte a remar en este barco significa hacerlo con fuerza, con constancia y contra el viento.
Pero te empeñas en ser tormenta en lugar de apaciguar este colérico instante.
Aún así, no dudes de que te quiero.
Eres mi tormenta y mi océano enfurecido, pero yo también soy cómplice de tus delitos cuando creo estar navegando y se que, en el fondo, nunca en mi vida he visto el mar.


Att: LadyWinter

viernes, 21 de noviembre de 2014

Arte obtuso

Y bailaba, como si no hubiera existido un ayer, como si no fuera a existir un mañana.
Bailaba, y su escenario era el más controvertido, y sus espectadores éramos los más fugaces que ella jamás.... Me pierde.
Él al piano, ella dueña de su cuerpo y de cada uno de sus más volátiles movimientos. Decidida a no detenerse con cada paso que precede al anterior. Decidida a ser sólo ella en ese preciso instante, sin máscaras. Y es hermoso.
Baila, esta vez en presente. Está allí, en cuerpo y alma, en un ahora inmediato y eterno.
Es esa hoja de Otoño que se deja mecer con el vaivén del viento. Y va, y viene, y (de nuevo) no se detiene.
Y en las entrañas del embelesante mundo subterráneo de la ciudad, una mujer oye la voz de su yo interior, y responde espontánea al grito de su alma. Se une al baile e intenta convertirse en el espejo de simetría de la incesante danza. Un gesto de complicidad. Un detalle de dulce delirio que ambas comparten como si se tratara de un secreto que ninguna tuviera intención de guardar.
Y se bañan con las curiosas miradas de los que deciden apartar dos segundos sus ojos del teléfono móvil. Miradas ausentes y vacías, sarcástica metáfora de su propia soledad.
Pero no les importa. Se nutren de la música y de su ignorancia.
La segunda mujer abandona el escenario, coge su tren y se difumina como un mero recuerdo sin importancia fácil de olvidar sin ningún tipo de escrúpulos.
Yo misma la olvido. “Ya la recordaré más tarde cuando la pinte con palabras en alguno de mis escritos”- pienso. Y todo sigue fluyendo, ajeno a su ausencia. Y parece que ahora que ya no está, es ella la que se ha convertido en protagonista del baile inmortal.
Pero no quiero, me niego a que sea ella el centro de estas líneas.

Y se oye el devenir de los pasos de los que se refugian bajo tierra, el devenir de sus vidas y el arrastrar de sus cansadas decisiones. Pero yo no escucho nada de eso, nada salvo sus pies besando el aire y mordiendo el suelo.  





                                                                                                         Att: LadyWinter

jueves, 13 de noviembre de 2014

Quejarse por quejarse y no ver más allá

Y es que le das importancia a cosas tan vanas...
Siempre hablando de contenido y descuidando las formas, el respeto.....
Estoy cansada. Muy cansada. Tanto que siento como si mi cuerpo estuviese lleno de plomo y cada paso adelante fuera un auténtico calvario.
Gritas, otra vez. Mi cabeza estalla y estoy segura de que si Freud fuera testigo de la tontería que envenena a nuestra familia, se echaría a reír y a llorar al mismo tiempo, perplejo por no haber contemplado semejante estupidez unida en tan poco espacio.
Peleas nocturnas, esas son sin duda las peores. Lo son porque antes de irme a dormir noto un bulto en mi cabeza, una bola de espesa frustración acumulada. Y no se va. No se disuelve ni siquiera cuando me hallo en las profundidades de la fase REM. Ni siquiera entonces decide abandonarme. Y ahí se queda, tan agusto, como si hubiera encontrado su hogar, mi mente.
Despierto cada mañana y suplico, y de rodillas le pido a Dios que cesemos ya este teatro de cizaña que nunca acaba. Y Él me da un poquito de paciencia para que la dosifique a lo largo de la semana. Por eso hay veces que la agoto y todavía estamos a martes; y tengo que arreglármelas como puedo para pasar el menor tiempo posible sumergida en este infierno. Y me entristece.
Todo se remonta a un cambio en nuestras vidas, un idílico "y comeremos perdices" que jurasteis que existiría en nuestra nueva vida. Mentiras. Todo son mentiras. Ese "estaremos TODOS juntos" es mentira. Y en esa mentira se apoyan las peleas y los enredos, los gritos y las sandeces.
En que faltas tú, el toque de humor y la gota de paz. Faltan tus "buenos días pequeños duendecillos del bosque". Y mil cosas más en las que no pienso detenerme.
No me detengo en detalles de cómo eres porque no quiero que suene a que no te veremos más o yo que sé. Sólo quiero que vuelvas, que traigas de nuevo esa calma que en tantos momentos he sentido ausente o a kilómetros de distancia. Maldita distancia. Tú debes de estar sufriendo también. Tú el que más. Lo siento papá, siento no darme cuenta de que si hay algo por lo que merece la pena seguir luchando porque la convivencia no se hunda, es por tí, por nosotros.


Att: María

La bailarina que no sabe lo que dice y el soldado que la escucha y sonríe

Hace frío bajo el abrigo de mi mente.
Y mi piel, ajena a todo, arde.
Huele a té de vainilla
Y sabe a chocolate blanco.
Mientras tanto tu mente llora, tu piel me culpa y no huele ni sabe a nada.

Los de letras gobernaremos el mundo
Ya te lo dije.
Pero nadie es mejor que nadie...
y las contradicciones nunca mueren.
Mientras tanto volvemos a la Edad de Piedra, donde las palabras son gestos, las miradas jueces y nosotros dormimos junto al fuego.

Romper, amar, gritar, saber, ignorar....
¿por qué la falibilidad humana nos hace tan frágiles?
Nuestra propia naturaleza es contraproducente
la lucha por la supervivencia y contra la debilidad inherente a nuestra condición de ser personas
Frustración que se cobija y se alimenta de la no-comprensión.

Muere y vive soldado,
No dejes que te lleven en su barquito de papel.
Vive y se eterno mi fiel amigo,
seamos juguetes que fingen no latir en desesperados intentos de pasar desapercibidos.



Att: LadyWinter

Hasta que tú digas ¡¡¡Basta!!!

Me pregunté si de verdad sabías todo lo que me pasó. Y la respuesta era obvia. No, tú no sabías nada...no lo sabes. 
Cómo lo vas a saber si no me conoces, si no existes. Tal vez hubo un tiempo en el que solíamos jugar a coger el agua de la lluvia con el paraguas del revés, pero eso fue antes de que pasara todo. 
Todo lo que nunca pedí que sucediera. Y sigues sin saberlo.
Y te preguntas, y me observas, y me preguntas si estoy bien. Callo. 
Lo estaré, supongo y te contesto que sí. Las cosas pasan, la vida pasa y así mismo lo hacen las personas y los recuerdos. 
Y parece que todo va cambiando. La luna cambia, cambian mis ojos que ya no ven las mismas cosas cuando otean los mismos horizontes. Y se que son los mismos porque recuerdo haber estado antes allí, sin embargo, nada es igual. 
Vueltas y más vueltas....el destino mareado que me vomita en este preciso instante. 
Llueve, pero ya no será tristeza resbalando por mis mejillas. Llueve, regalo del cielo el agua que me golpea y me empapa. Llueve, y sabe a gloria.
 El tiempo... el tiempo dejará que todo pase, y curará nuestras heridas. 



Att: LadyWinter

domingo, 9 de noviembre de 2014

Dos días desde hacía un amor perdido

Fue pasado.
Fue lo que los dos quisieron que fuera.
La ternura de él y la estupidez tan arrogante de ella.
Fue como sentir que era un error decir adiós.
Una súplica por parte de él y una fría negativa por la de ella.

Fue presente.
Fueron acordes de guitarra y un círculo que encarcelaba la luna.
Una sucesión de sonrisas en los labios de ambos, fue nostalgia en su cabeza. 
Una profunda charla sobre control social y rebeldía ideológica.
Fue frío en sus pies y vaho en los cristales al amanecer.

Fue futuro.
Fueron ganas de volver al pasado y permanecer en el presente.
De abrazarse, y no soltarse, y permanecer así durante un tiempo indefinido.
De no romper jamás el contacto, ni la complicidad, ni los recuerdos.


                 

Att:LadyWinter

viernes, 7 de noviembre de 2014

Ayer no soñé con el rey de los payasos

Ayer no soñé con el rey de los payasos. Ayer no soñé con esas hadas que desaparecen en presencia de maggles, ni con la reina de las nieves. Ayer no soñé que paseábamos por Madrid, ni que dábamos una vuelta en bici de noche, cruzando la Castellana sin un sólo coche que nos acompañase en nuestra Odisea. No soñé que lloraba porque desaparecías, ni que volvías a aparecer; ni que, cuando lo hacías, me llevabas en brazos (cual superman) a uno de los anillos de Saturno y, una vez allí, me besabas hasta que la imagen se convertía en una nebulosa de astros indeterminada y confusa.
Ayer no soñé nada de eso, ni muchas otras cosas.
Ayer no existió, ni su día ni su noche.
Ayer no me garantiza que hoy te vuelva a ver, o que te vea mañana, o que no seas más que un estúpido sueño.
Guardo silencio, y rezo porque no seas ayer, ni pasado, ni sueño. Rezo porque no seas ficción, ni un invento o creación de mi inconsciente.
Rezo a quién no sé poner nombre...te rezo a ti. Y te pido que tampoco seas mañana, ni la semana que viene, ni nunca. Porque no quiero que seas tan intangible como las ilusiones o tan abstracto como los Quizás.
Cierro los ojos, suspiro, me quedo profundamente dormida.
Y te suplico que seas Hoy.... por y para siempre.




No desaparezcas... Att: LadyWinter