martes, 19 de mayo de 2015

Una nube, dos zapatos y tres descansos

Primer descanso.
Llega, se quita los cascos y apaga el móvil. Se sienta en el único sitio vacío y saca sus apuntes. No es una clase y no hay maestro que la imparta. Es ella sola frente al estudio. Aparta su melena oscura hacia el lado derecho sujetando sus rizos con una horquilla azabache.
Una hora, una hora y media, casi tres horas y nota cómo el sopor de los propios muros de la biblioteca empiezan a apoderarse de sus ánimos. Descanso. Levanta la mirada del cuaderno que ha sido su objeto de atención durante todo este tiempo y la ve: una nube. Está tan sola en mitad del cielo que tiene ganas de saltar por la ventana, desplegar sus alas y llegar hasta ella para abrazarla. Aunque no llueva, aunque la nube no llore; ella deduce su tristeza en sus sombras grises.
Lidia coge aire profundamente y lo suelta despacio. Se levanta y sale a la calle.










Segundo descanso.

Ha retomado el ritmo mucho más rápido de lo que creía y ha conseguido avanzar el doble. No puede quejarse de su fuerza de voluntad puesto que en las ocasiones que lo requieren cumple sus propósitos.
Ha vuelto a levantar su vista de lo que ya empezaba a convertirse en un libro de contenido desordenado a  causa del sueño y los ha visto: dos zapatos. De repente el foco de su atención ha dado un giro y sólo puede centrarse en ellos. Los zapatos bailan y se buscan, como dos pajarillos en mitad de un parque: uno molesta al otro y éste último se aleja siendo perseguido por el primero. Un juego de niños, un tonteo infantil. Los zapatos se marchan y ella cierra los ojos para no ver a donde van o si quiera a quién pertenecen.




Tres descansos

Se marcha. Se va a casa y se duerme. No quiere seguir despierta. Quiere abrazar a la nube y huir de los zapatos. Quiere salir de su cuerpo e impartir una lección donde ella sea su única alumna. " Sabes perfectamente que está mal, sabes que no puedes seguir así. Sabes....." Se interrumpe en su lección magistral con el sonido de un disparo y el olor intenso de la sangre derramándose de su pecho.



IV poemas que escribí mientras intentaba estudiar la tarde en la que enfermé por un día sin vos

POEMA I
Romper: Hacer pedazos, trizas.
Romper: Destruir, descomponer.
Romper: Matar. Morir.












POEMA II
Irse lejos, como migrar
establecer un lugar de reposo
y una vez allí descansar
mirar al mar, respirar
perderme en el horizonte
y mi mirada conmigo
pronto vendrá un navío
que nos pueda rescatar



POEMA III
Un sombrero negro
una sombra
silencio.
Se oye como sus manos teclean
y crean
música.
Palabras.
Las palabras no dicen mucho
en último caso, solo lo ínfimo
que escondemos en el alma












POEMA IV
La célula.
Nacemos los seres humanos
crecemos en un continuo cambio
rezad por no seguir este proceso
oro por parar la condena de vivir.
La membrana celular, el aparato de Golgi,
el hipotálamo, la amígdala, el giro cingular...
todo inútil sin ti.
Tú eres el único inútil.



                                                                                                         






                                                                                                    Att: Lady Winter

PD: la poesía nunca ha sido mi fuerte, pero espero queridos lectores que igual que al escribir estos poemas intenté expresar lo que sentía podáis alcanzar a sentir algo al tan solo leer alguno de mis míseros versos.  Tal vez me aficione a esta modalidad por un tiempo. Nada más.

lunes, 18 de mayo de 2015

Noche de arte

Cuadros y gente, pero sobre todo cuadros. Artistas muertos convertidos en colores y formas que ellos mismos crearon cuando aún pertenecían a este mundo.
Ella pasea por las salas, se impregna de esa ausencia y de esa presencia. Sabe que al otro lado de esos muros la noche envuelve el museo, que la envuelve a ella. Siente ese calor, ese manto de estrellas que nadie percibe en una ciudad enmascarada por la luz de los coches. 
Sonríe y avanza deprisa, parándose únicamente en aquellas obras que captan su atención con mayor fuerza, casi como imanes que la obligan a detenerse y cesar su baile sinsentido por los pasillos. 
Los paisajes son uno de sus motivos más selectos y se imagina dentro de cada pincelada, paseando por la orilla de ese mar tranquilo o sentada encima de una nube en aquél cuadro de cataratas.
Se llena de paz, del sonido incesante del agua y hasta siente como poco a poco se empapa. Respira y abre los ojos. De vuelta al museo con su sonrisa de niña pequeña y chorreando agua por el pelo y la ropa. A partir de entonces va dejando un rastro salado tras de sí.
Las salas de impresionismo la dejan ciertamente impresionada, cada autor con su estilo o como a ella le gusta decir: cada loco con su tema. Monet, Manet, Van Gogh, Cézanne, Degas, Renoir... Son realmente curiosos. 
Sigue andando y vuelve a detenerse, esta vez frente a un cuadro de una mujer desnuda. La inscripción dice "mujer bañándose en una fuente". Está de pie, con los brazos en alto y sus dedos entrelazados en su pelo. No mira de frente, sino hacia abajo dejándose acariciar por la cortina de agua que la cubre y cae a ambos lados, deslizándose por sus caderas y besando el suelo. 

Es precioso. 

Un instante tan íntimo y exclusivo colgado de una pared para que cualquiera tan sólo con pasear su mirada por la tela pueda unirse al baño. 
Ella permanece de pie incapaz de apartar sus ojos de la mujer desnuda. Siente admiración y pena al mismo tiempo. Y por un segundo se ve a ella misma cogiendo el cuadro y huyendo del museo, para que nadie más pueda contemplarlo.
Oh! Si la belleza fuera un poco más digna. Si la armonía, la naturaleza y el propio cuerpo humano fueran concebidos en su pureza y decoro más genuinos...

Y se marcha. Se aleja de la mujer desnuda y de los cuadros. Se aleja de la gente. 
Arrastra sus pies cansados por los pasillos y tiene ganas de llorar y de reír y de morir y de vivir al mismo tiempo. Sale del museo y seca sus lágrimas y su pelo y su ropa a la luz de una farola. 
Se duerme. 

                               
                                                                                                   Att: Lady Winter





jueves, 14 de mayo de 2015

Querido (espero todavía amigo) Bee Man

Esto es una carta pública, un tema que no recurro con frecuencia (ya sabes que tú y yo siempre hemos sido más de maldecir a Correos). Pero necesito agradecer tu visita por mi blog, que te hayas detenido a leer mis sandeces y a proponerme que escriba otras distintas.
Quiero compartir contigo que son casi las tres de la mañana, que sí! puede que no haya cambiado mucho; y que aunque no hablemos muy a menudo siempre es un placer saber que sigues compartiendo conmigo el mismo espacio-tiempo (metafóricamente hablando).
Eso, que sepas que me gusta tu crítica y que intentaré hacerle caso en la medida que mi corazón me lo permita (tranquilo que le meteré presión para que arranque en mil direcciones y así puedas leer mil historias distintas a partir de ahora).
Y bueno, acabar como siempre deseando volver a verte algún día.


 PD: Brindemos por la noche, por las estrellas y por la vida.

                                                                                                                                 Att: LadyWinter

martes, 12 de mayo de 2015

la razón

Tecleé todo lo rápido que pude, sin mirar si las palabras que se iban pintando en la pantalla eran las correctas, sin pararme a pensar si existía una manera mejor de expresar lo que sentía, o si alguien llegaría a la conclusión de que no dejaba de decir estupideces.
 Simplemente escribí, dejé que mis dedos bailasen sobre el teclado y me morí. Y vi qué había más allá de la bóveda celeste. Vi la nada más absoluta que nadie jamás haya contemplado. La oscuridad más aterradora, el vacío más profundo. Y no tuve miedo, por una vez en mi vida.
Desperté. Ayer me dísteis vuestro voto de confianza, insano mundo...
Ayer y cada día me lo dáis, devoto suicida de tus decisiones.
 Un día quise escapar de todo, huir, correr lejos y difuminarme con cada paso al frente. Un día tras otro hasta que de verdad encontré la razón para no hacerlo. 
Yo. La razón he sido y seré siempre yo.



Att: LadyWinter


domingo, 3 de mayo de 2015

Sangre Azul

Abajo la sangre roja. Rojo pasión, rojo lujuria, rojo amor.
Destellan las estrellas de día, y tus silencios afilados me cortan el cuello.
Arriba la sangre azul. Sale sin medida lógica del espacio que hay entre mi cabeza y mi cuerpo.
"Arriba la sangre azul", repiten mis labios que escupen el líquido añil mientras se ahogan.
La escena divierte a las bestias que la observan como si fuera lo habitual.
"La primavera la sangre altera". Y ríen todas sabiendo que en tiempo de crisis no es bueno hacer mudanza.
Yo la hice, aunque fuiste tú el que empaquetaste mis maletas. Metiste a prisa los últimos detalles, pero en realidad ya llevabas tiempo doblando los recuerdos y encerrándolos en el fondo de ese gran baúl oxidado de madera.
"Abajo la sangre roja... arriba la sangre azul".
Abajo la dulzura, los besos y las caricias. Ya hubo un tiempo para regalar horas y noches y olores y juegos.
Arriba la melancolía, el dolor y la nostalgia. Arriba las voces del pasado que me llaman a hundirme en la miseria de nuestro ayer. Arriba la atracción de la luna sobre nuestros ojos, el tiburón que ya no dormirá más en mis brazos y la filosofía que envenena tu mente. Arriba todo lo que no fue nuestro y todo cuanto nos pertenece.
Ahora ya no hay colores, no hay rojo ni azul... solo sangre. Sangre espesa que fluye por las calles, que besa los pasos que no andan en la misma dirección.
Cómo explicarte que te odio por todo cuanto me has hecho querer. Cómo decirte que has apagado mi alma, que has disparado contra mi sonrisa y que jamás volveré a amar como sólo una vez y para siempre fui capaz de hacer.


Disfruta de tu amargo cáliz

Atentamente y en estos días de (invierno) con más razón:
                                                                                                   LadyWinter

sábado, 2 de mayo de 2015

Es imposible... sólo si tú crees que lo es


Seis cosas imposibles, enuméralas:
1- Olvidarte por completo
2- Que no quieras seguir
3- Dejar de oírte en las canciones
4- Vivir una vida sin un tú presente
5- Ser tu amiga como antes
6- Matar mis sentimientos

Los imposibles pueden cumplirse, sólo si crees con fuerza en ellos. Por mi parte, lucharé a partir de ahora por pensar estos seis imposibles cada mañana. Todo se pasará pronto... el país de los sueños se hará realidad.

viernes, 1 de mayo de 2015

500 días de verano

Habrás visto esa película de amor en la que él la ama y ella se enamora durante un tiempo. Habrás comprobado en las escenas más tiernas como el amor es algo precioso, un regalo que cuando se da hace que recibas muchísimo más.
Recordarás nuestras escenas también, las mil infinitas secuencias que grabamos durante todo este tiempo. Las recordarás siempre. 

Pero como toda película, nuestro corto animado se acaba. Y como en este caso, no es el típico y esperado final que destila ese aroma a rosas y felicidad. 

Tú has reescrito la historia. No sé, ahora mismo tan sólo necesito salir corriendo de todo este mar de emociones y confusión. Saber qué es lo que realmente quiero yo y cómo puedo bajar de nivel para alcanzarte. 
Necesito estar lejos, para poder volver a estar cerca, de otra forma, que cambie todo y al mismo tiempo dejando que todo siga como siempre. 
Espero que seas feliz, de verdad que lo quiero. Nos vemos en la bóveda estrellada de Platón cuando acabe el mundo. Allí fue donde nuestras almas se conocieron, el lugar al que pertenecemos.




                                                                                                           Att: Susy