viernes, 14 de marzo de 2014

El eco de tus palabras

Lo dijo sin pensar, como quien canta una canción con los ojos cerrados porque se sabe la letra de memoria. Sin embargo, yo no conocía esa canción. Tal vez por eso la letra me chocó al instante, y empecé a escuchar el eco de sus palabras recorriendo mi mente.
"Las grandes esencias se guardan en tarros pequeños".
Sonreí. Fue algo inconsciente, espontáneo y fugaz.  Respiré profundamente y solté el aire en un suspiro. Miré a la noche a los ojos y me enamoré de ese instante.
Abrí la ventanilla del coche dejando que el viento jugara con mi pelo, dejando que la tenue luz de la luna enfocara la escena y la dotara de magia. Saqué el brazo fuera del coche y empecé a hacer ondas con la mano, notando como el aire se colaba entre mis dedos.
Íbamos a Atocha, esa estación tan bonita de Madrid.
Era una de esas típicas noches de otoño...

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