miércoles, 18 de julio de 2012

Mis once canicas azules


Esto es para vosotras, mis once canicas azules:
Carmen, Maria, Bea, Marta, Nadia, Belén, Bea, María, Miriam, Irene y por supuesto... para mí.

Subí corriendo las escaleras con Irene pisándome los talones.
Lo primero que hicimos nada más llegar a casa fue colgar el cuadro junto al corcho, nos sentamos y contemplamos la fotografía enmarcada en la pared.
Teníamos las mejores amigas que se pueda llegar a soñar.

8:30 del día anterior

Voy de un lado a otro buscando algo que ponerme. Pero no puede ser cualquier cosa, tiene que ser algo blanco. Faltan escasos treinta minutos y preparo la bolsa con un pijama, una chaqueta y algo de ropa para el día siguiente. Estoy exhausta; y apenas tengo tiempo de pensar que esta noche será una de las últimas que estemos todas juntas, antes de que nos mudemos a Madrid.
Por fin, en el reloj marcan las 9 en punto y salimos sin tener la menor idea de lo que las próximas horas van a significar para nosotras.
Al abrir la puerta, se iluminan mis ojos, del violín de María sale la más dulce melodía que haya escuchado nunca y mirando a mi alrededor veo once chicas vestidas de blanco que se miran con complicidad y una sonrisa en la cara.
El primer pensamiento que cruza mi mente es "gracias". Gracias por molestaros en hacer que esto sea más fácil de lo que es. No quiero parecer dramática, es sólo que no me había dado cuenta de lo que os voy a echar de menos, y por eso reprimo las lágrimas. No quiero que me veáis llorar, porque no lo merecéis. Este día es vuestro y vosotras sois las verdaderas heroínas de esta historia.

El garaje está decorado con un cable de luces alrededor del techo y en la pared hay un cartel que reza:           "siempre con vosotras". Giro sobre mis pies y veo varios folios, cada uno con una letra. Están colocados de modo que se puede leer: << vivimos un sueño>>.
Entonces, pienso: "no me despertéis nunca. Porque si estoy soñando, prefiero no saber que hay otro mundo ahí fuera. Otra realidad que me toca vivir y que me estoy perdiendo".
Pero los sueños siempre se acaban y tarde o temprano hay que abrir los ojos.
Únicamente espero que cuando llegue el momento esté preparada para lo que venga y deje de soñar mi vida, para vivir mis sueños.

Aquella noche encendimos unos farolillos, en los que escribimos nuestros más profundos deseos.
Fue un momento mágico, y allí estábamos todas, lanzando nuestras esperanzas al cielo y mirando en silencio; viendo como se perdían iluminando la oscuridad de la noche. Habíamos perdido la noción del tiempo, y ya no recuerdo que hora era... aunque creo que, sinceramente, dio igual. El espacio se detuvo, los relojes se pararon y quedó el recuerdo, inmortalizado para siempre en el aire.
Dicen que si dices tu deseo en voz alta no se cumple, y siento mucho haber dejado de creer que es así, porque llevo deseando no irme de aquí demasiado tiempo; y temo que eso no va a pasar. No voy a quedarme para siempre, por eso espero que me perdonéis al deciros lo que esa noche de verano escribí en mi farolillo: "que se cumplan todos sus deseos, y que nos volvamos a ver".
Entonces lo cogí con fuerza, y lo solté despacio mientras que el viento lo alejaba poco a poco, cada vez más alto.
                                                                        
Y en aquel momento, aun teniendo la mente en blanco y al mismo tiempo llena de tantas cosas... no aparté la mirada hasta que mi deseo se perdió más allá de donde mis ojos alcanzaban a ver.  



A vuestro lado es donde mis deseos se hacen realidad. Quizá sea casualidad, tal vez.  Pero dejadme creer que en realidad, siempre ha sido magia. 

3 comentarios:

  1. Es curioso como el paso del tiempo no hace sino aumentar mis ganas de que algo pase, algo se accione para que no os vayáis, o al menos tan lejos, siento ser egoista, pero asi es como me siento; y es que cuando arranque ese coche que tanto me jode no poder ver alejarse (tendre que imaginarmelo) vere como dos trocitos de mi se van... y si en estos pocos meses he sentido esta amistad por vosotras y me va a doler tanto vuestra partida, casi prefiero no haberme unido a este grupo antes.
    PD: diferente no ha sido nuestro deseo, porque yo desee exactamente lo mismo, y mejor, que asi cuenta doble...

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    1. querida Utópica:

      La vida, cuya banda sonora más destacada es el tic-tac incesante de un reloj, es impredecible y a la vez misteriosa. Barajan las cartas y te reparten una sola vez. Y una vez repartidas todas, eres tú la que debes saber usarlas en este juego del que todos sin querer formamos parte desde nuestro nacimiento: la vida.
      No siempre jugaremos nuestras mejores cartas y las consecuencias que deriven de nuestras decisiones no serán siempre las que deseamos con todas nuestras fuerzas. Pero se que si no las hubiéramos jugado no hubiésemos llegado a donde nos encontramos hoy.
      Tal vez cuesta pensar que ahora me toca jugar la carta de la despedida, pero eso solo es porque empecé la partida conociéndoos. Conociéndote. Aquí. Por eso no estés triste, yo hace poco que ya no lo estoy. Este paso solo me hace más fuerte, porque se que tengo un sitio más donde apoyarme cuando me caiga.
      Hasta cuando requieras mis palabras o simplemente una amiga: se despide una joven escritora. =D

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  2. Tus palabras las necesitare siempre, pero me haré a la idea de tener este blog para leerte: hoy que has pasado por casa se me olvidó darte algo, una carta que te escribí aquel día que tanto apoyo me ofreciste, aquel mismo día en el que os despedíamos, en aquel baño... En aquella carta te decía lo importante que eres para mi, que no te olvides nunca de quien eres María y que si alguien a de romper tus sueños sea el despertador, y espero algún día poder dártela, te aseguro que la guardaré a buen recaudo.

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