sábado, 10 de enero de 2015

Arpegios en tu cuello

Llegaste tarde, como de costumbre. Tarde aunque fuera la hora, puesto que siempre deseo que llegues antes. Esta vez la biblioteca estaba llena de gente, aunque por suerte nadie se había sentado a mi lado hasta el momento en que te sentí a dos metros de mi espalda. Yo estaba en aquella silla blanca, tan igual a las otras que amueblaban la sala que si ésta hubiese estado vacía surgiría entre los dos un debate político parecido al que tuvimos cuando comentamos "1984".
Ayer fue un día curioso, productivo en parte, entretenido a su vez y ocioso cuando tocaba a su fin. Recuerdo hablar contigo muy bajito, casi en susurros horas después del teatro, y en un espacio-tiempo inestables entre el sueño y la vigilia.
Recuerdo como siempre sonríes y tus ojos azules y tu humor sin remedio. Lo recuerdo no como si no lo fuera a tener nunca (no) sino como algo que sólo tú posees y que espero seguir coexistiendo con todos los ámbitos que te conciernen y que nos conciernen.


Y dices que quieres hacer arpegios en mi cuello y siento que muero de amor.... (: 

ATT: LadyWinter

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