martes, 23 de octubre de 2012

Para ti, donde quiera que estés



Ayer te vi...creo. Estabas de espaldas y como siempre, no pude ver tu rostro. En la mano derecha sostenías una orquídea azul, un detalle que no se me pasó por alto. Caminabas deprisa, buscando algo.
Se que eras tú, lo sentí. Pero entonces... ¿por qué huías de mi? Tus pasos caminaban en dirección contraria cada vez más deprisa; y no pude mantener tu ritmo. Agotada, me senté en un banco, preguntándome cuando llegaría el día en el que te darás la vuelta y pueda reconocerte. Y es que no entiendo por qué todavía no has empezado a buscarme. Yo, mientras tanto, guardo tus besos para cuando me encuentres, junto a palabras sin sentido y miradas mudas e infinitas, y se que tu escondes mis abrazos y caricias junto a un montón de "te quieros".  Y aunque se que te echo de menos sin conocerte, que anhelo tus sonrisas y tus inocentes errores, que mi corazón sólo late por un desconocido.... me conforta la esperanza de que algún día te sentarás junto a mi en el banco y me darás esa orquídea azul.



No hay comentarios:

Publicar un comentario