miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mientras cierro los ojos

Mientras cierro los ojos, el mundo sigue ahí fuera: vacío... y lleno.
Vacío de palabras, vacío de besos
lleno de mentiras, de engaños, de secretos.
Vacío de respuestas... lleno de misterios.
Y mientras cierro los ojos el mundo se queda quieto,
se disipan mis dudas y se detiene el tiempo.
Todo es posible, aunque en un principio fuese negro.
Aunque nada sea real, y sólo se escuche el silencio.

Mientras cierro los ojos, ya no tengo miedo.
Si algo me venía grande, ahora se ha hecho pequeño.
Mis problemas mueren, en su lugar sólo hay sueños;
y entonces soy capaz de cumplir mis deseos:
desde pintar sonrisas, hasta cabalgar los cielos.
Porque todo es posible, si crees con fuerza en ello.
Se que no es fácil...empezar de cero,
abandonar en la mente todos tus recuerdos;
pero no te asustes, ya crearás otros nuevos.
Y si decaes, y lloras porque los echas de menos,
hay tiempo suficiente para sentarte y releerlos;
Releer quién eras, recordar a ese niño pequeño
que creía que los conejos blancos vivían en los sombreros.

Ahora toca abrir los ojos, enfrentarse con aquello
con lo que día tras día no haces más que poner "peros".
Sí, la vida, ya sabes a qué me refiero:
ese tren con un sólo vagón de un sólo  pasajero.
Despierta, abre los ojos... no hay tiempo para sueños!
No hay tiempo para ilusiones, ni para creer en cuentos.
Que este tren no espera, si no subes en el momento.

Y es que la vida se mide en segundos, en miradas y en recuerdos,
y no hay nada que perdure, porque nada es eterno...
ni la infancia, ni el dolor; ni siquiera el sentimiento
que ahora intento poner en estos frágiles versos.


1 comentario: