jueves, 14 de febrero de 2013

Sky Walker

De todas formas ahí estaba, con los cascos puestos y mirando al cielo. Un cielo azul oscuro y profundo tras el cual se ocultaba el universo. No hacía frío, o al menos ella no lo sentía. No sentía absolutamente nada. 
La canción que sonaba a través de los auriculares terminó en ese instante, y durante unos segundos el mundo guardó silencio. Entonces, escuchó cómo su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. 
Cogió aire y lo soltó lentamente: era 14 de febrero y se encontraba a solas consigo misma. 
Pensó en todas las personas a las que conocía, y también en aquellas a las que no. Pensó en su familia, en sus amigos y en aquellos con los que sólo había intercambiado efímeras miradas al bajar del metro, esos que probablemente no volvería a ver más. Pensó en las casualidades y la manera en que éstas guían nuestros pasos por el misterioso sendero de la existencia. También en la palabra "destino", y si en realidad existe, o tan sólo es el nombre que le ponemos al azar para decir que, de algún modo, todo está planeado desde que nacemos. 
"De todos modos", pensó, "qué más da. Seguimos vivos, y eso es lo que hace que el juego continúe. Nadie sabe lo que nos espera al final y por eso cada paso ha de ser dado con decisión, para que al mirar atrás siempre podamos ver una huella dibujada sobre el asfalto."
 Imaginó que andaba sobre las nubes y que bajo su cabeza respiraba el resto de la ciudad, ajena a ella y a sus pensamientos; llena de ruido e historias, de inocencia y misterio. Llena de oxígeno.
Seguía mirando al cielo, y de repente empezó a sonar "Living Louder" de " The Cab" en su mp3.
 Era 14 de febrero y ella estaba sola. Sola y  enamorada. Enamorada.......de la vida.
                           
                        

  
                          

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