sábado, 16 de febrero de 2013

Insomnio

El semáforo parpadea un par de veces más y cambia a rojo. No hay ningún peatón a la vista, ningún coche. En resumen: ningún indicio de vida. Pero aún así, el sistema continúa: las farolas siguen encendidas alumbrando las calles desiertas. Llevan así toda la noche.
Lentamente, la imagen se difumina con cada parpadeo, y como si se tratase de una película,  la cámara se mueve enfocando la escena en sentido inverso: ya no soy yo la que estudia detenidamente Madrid, sino ésta la que tiene sus ojos fijos en los míos. Y me observa con la mirada vacía e inexpresiva propia de un insomne que al reparar en el reloj se da cuenta de que lleva alrededor de veinticuatro horas sin dormir. A no ser que... de pronto me encuentro de frente con mi reflejo en el cristal de la ventana, y me percato de que soy yo la que no ha conciliado el sueño en toda la noche. Yo soy Madrid; o al menos ese "Madrid" cansado, ausente e incapaz de desconectar del mundo real por unas horas. Patético.Sin duda, la escena perfecta con la que acabar una película depresiva. Para que te hagas una idea, sería más o menos así:
"Aún es de noche mientras ella observa su pasado dibujado en las nubes, y escribe el final idílico de sus historias inacabadas sobre los tejados de los grandes edificios de la capital. Si aquel piso tuviera azotea, no hubiera tardado más de dos segundos en subir y coleccionar otro amanecer desde allí. La expresión de su rostro destila melancolía; y es difícil concretar si en su cabeza se han disparado de golpe sus recuerdos o, por el contrario, se han teñido del blanco más profundo e inmaculado: el olvido."
Y no niego que en ese caso, sería un gran final. Pero, volviendo a la realidad, yo me refiero a un punto muerto, ya sabes: ese momento en el que te planteas qué dirección ha de tomar tu vida; hacia donde hay que dar el siguiente paso y esas cosas. Lo malo es que yo me he quedado atrapada en el tiempo, en ese laberinto sin salida en el que si intentas escapar, todavía te adentras más hasta perder la seguridad, la orientación y la cordura.
Pero por alguna razón, no estoy del todo perdida. Quiero decir, sí... pero no. Sé que yo misma voy creando diferentes pasadizos y que, cuando quiera, puedo salir.
Pero también sé que  necesito ver un conejo blanco diciendo "llego tarde, llego tarde" para saber que no soy la única que está perdida, y que juntos podemos hallar la salida. Saber que hay más gente que lleva mi dirección, que piso sobre seguro, que si me caigo voy a tener una mano que me levante.
No se... ni si quiera sé lo que digo. Probablemente si leo esto mañana deje de tener sentido, o tal vez no. Quién sabe. Sólo sé que llevo demasiado tiempo sin pararme, cerrar los ojos y olvidarme de que existo.








2 comentarios:

  1. Y...hoy 21 de febrero, cumple años una chica increíble!! Muchísimas felicidades María, lamento no habértelas podido dar en persona :( Que sigas igual de guapa que siempre (aunque tengas insomnio). Cuidate mucho!! TQM <3

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  2. jajajaja gracias Dario, eres genial!! ^^

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