viernes, 21 de junio de 2013

Dicen...

La chica del sombrero no se giró cuando oyó su nombre a sus espaldas. Y dos calles más abajo, el hombre de camisa blanca no volvió a llamarla. El juego había terminado.
La chica siguió andando sin mirar atrás, hasta que desapareció entre los edificios. Y él la siguió con la mirada mucho tiempo después de haberla perdido de vista. Porque sabía perfectamente que nunca se volverían a ver. 
¿Triste? Tal vez. Pero la vida es así.  Aquella última cita quedaría grabada en sus mentes como el más dulce recuerdo jamás pensado. Y según avanzaran los años, más idealizado sería aquel momento.
 Porque las últimas veces son amargas durante un segundo.. y luego dejan en la boca el sabor del mejor algodón de azúcar. Y la chica del sombrero lo sabía. Por eso no se giró.
                      
<<Dicen que la vida son recuerdos... dicen tantas cosas.....
Dicen que la muerte dura tan sólo un segundo, que dos personas que se odian están a un paso de amarse. Dicen que lo que de verdad importa supone un gran esfuerzo.
Dicen verdades porque nos quieren. 
Dicen mentiras porque no desean hacernos daño.>>
Él le dijo que no  la quería. La chica del sombrero pensó en esto unos instantes, mientras se alejaba y su silueta se veía difuminada por la  niebla.
Pensó en que de pequeña siempre le habían dicho que huir es de cobardes. Pensó en que ahora ella estaba huyendo. Pensó en que él solía decirle que ella era todo menos cobarde. 
Pensó en que ella también le quería. 
Y volvió, corriendo. Volvió a hacer que él no se perdiese en su memoria como un vago, frágil y mortal recuerdo. Volvió para convertirle en su realidad tangible.







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