miércoles, 13 de julio de 2016

Un aperitivo mutante


-Un tonto de verano, por favor.
Me mira extrañado, sonrío.
- ¿Va a venir alguien más?
- No. 
Vuelve haciendo malabares con el tinto y una pequeña bandeja de aceitunas y patatas.
-"El tonto, un aperitivo y te invito a un tinto".
Se sienta. Vuelvo a sonreír. Él coge una patata y sin dejar de mirarme se la come. 
- No trabajas aquí.- Afirmo.
- No.
-¿Trabajas?
- En un experimento.
-¿Funciona? 
- No lo sé. Todavía estoy en la primera fase.
-¿Puedes contarme en qué consiste tu proyecto o es alto secreto?
-Va contra las normas.
- Entiendo.
Seguimos hablando por largo rato, sin preguntar el nombre del otro. Hablamos de filosofía, del amor, de la amistad, la familia, los grandes temas, esos que son profundos como el océano, tienen turbulencias y provocan tsunamis en las almas de las personas. 
-Me voy.
-Está bien, ha sido un placer conocerte... yo invito. 
-Gracias pero no puedo aceptarlo, después de todo tú has tomado la iniciativa y me has traído a la mesa un "tonto" de verano muy refrescante. También para mi ha sido un placer.
- Tal vez nos veamos algún día.
-Tal vez.- Sonrío automáticamente dando a entender que las probabilidades de que eso ocurra son mínimas aunque tal vez el destino nos tenga preparado otro encuentro.
Y el aperitivo, que tenía pinta de ser unos minutos a solas con un par de hielos y unas aceitunas... muta, se transforma, y acaba siendo una agradable charla con un desconocido. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario