domingo, 20 de enero de 2013

Balas de papel

Tengo un nudo en la garganta. Intento tragar saliva para hacerlo desparecer, pero soy incapaz. Me duele, sangro por dentro y me quedo muda. Ahora sólo me queda llorar.
Pero... ¿por qué?
No hay motivos realmente importantes, todo se reduce a una tontería, como siempre: "el mundo es idiota, y yo más."
Además, ¿de qué sirve preguntarse el por qué de las cosas cuando lo único que cobra sentido en tu existencia es el creciente deseo que sientes de desaparecer?
¿Y quién no lo ha sentido alguna vez? ¿quién en su insana locura no ha tenido el arrebato de llevarse la mano a la sien, simulando que se apunta con un revólver inexistente cargado de aire?
Porque yo sí, y creo que tal vez sólo necesite un balazo de oxígeno directo al cerebro para despertar y ver que las preocupaciones son inútiles; que todo el mundo tiene sus momentos de soledad, que nadie es perfecto. Quizás eso me haga darme cuenta de que darle importancia a todas las cosas no es la mejor opción, que esos momentos de frustración innecesaria sólo te llevan a la conclusión de que el mundo estaría mejor sin ti; y eso no es cierto.
Pero para bien o para mal, tendemos a medir la vida en instantes, y por alguna extraña razón nos parece lógico el hipotético caso de un mundo perfecto sin nuestra presencia.
Empiezo a hacer pequeños círculos con el lápiz sobre el papel: primero despacio, cada vez con más fuerza, hasta que el grafito atraviesa la hoja.
Miro el agujero fijamente y sólo consigo ver el vacío que he dejado en ese lugar y me doy cuenta de que me siento igual de vacía por dentro.
Un minuto después, el folio está lleno de agujeros, como si le hubiera matado agotando todas mis balas.
De algún modo, no puedo evitar sentirme culpable e intento recomponerlo... pero como pasa con todo, siempre queda una cicatriz, una marca de que hubo una vez en la que fue herido.
Y al fin y al cabo estamos hechos de cicatrices y por más que intentemos coser nuestras heridas, el tiempo es irreversible y se nos escapa de las manos.
Vuelvo mi mirada hacia la hoja que yace inerte sobre el escritorio y me pregunto que aspecto tenemos justo después de perder un duelo contra la realidad.... pero eso sería diferente, nosotros cargamos nuestras armas con acero.... y ésas no eran más que balas de papel.





1 comentario:

  1. Una entrada fuerte, pero linda igual :)
    tu blog es muy hermoso,.
    Me encantaría que te pase por el mio y me digas que te pareció :
    http://masqueamorunaobsesion.blogspot.com.ar/
    Un beso linda !

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