lunes, 7 de enero de 2013

detalles en la rutina

Se acabó el descanso, mañana todo el mundo vuelve a su vida, esa que había aparcado por unas semanas a dos manzanas de la realidad. Se acabó el turrón y los días en familia, el dormirse sin hora y levantarse casi a mediodía.
Y empezará todo otra vez desde el principio. Rutina, rutina y más rutina. Despertar cada mañana temprano, con simple plan en la cabeza, mirar el horario y ver a qué asignaturas he de enfrentarme durante el transcurso del día. Desayunar despacio pero con la conciencia intranquila, sabiendo que otra vez, y como siempre, para bien o para mal, estoy sola en esto. 
Y salir de casa con el abrigo a medio poner, meterme en el metro, perder el primer tren. Esperar de pie mientras escribo en las notas del móvil cualquier cosa que me pase por la mente y bajarme a las dos paradas para llegar "a tiempo" a clase. 
Puede que sea como hasta ahora, que entre a ese aula de paredes blancas y continúe el camino de baldosas amarillas hasta mi pupitre; me siente y espere a que alguien me pregunte por la Navidad. 
Pero tal vez no. Y es que quizás esta vez haya decidido tomar las riendas de mi rutina y consiga salir de ella, transformando el "cada día" en un día anormal, distinto, diferente. 
Porque este año me he propuesto eso, buscar los detalles en la rutina. Convertir una mirada en una razón para sonreír, e incluso sacarle su lado divertido a eso de almorzar "pinkies" en vez de panteras rosas. (la verdad es que sólo el nombre ya me hace gracia)
Querido lector, mi meta ahora es conseguir acabar el día y que me de igual si es lunes, martes, miércoles, jueves o viernes. Tener la sensación de que he dejado huella en alguien, y a la vez, poder cerrar los ojos y pensar antes de quedarme dormida en esa persona que ha hecho de mi día, algo especial. 
Y volver a empezar, sintiendo que es de cero otra vez más. Con nuevas conquistas y nuevos retos, viviendo el presente sin pararme a ver qué es lo que dejo atrás. 
Sonará extraño, tal vez una tontería... pero de ilusiones se alimenta el alma; y siempre que se sueña despierto, renace el niño que llevamos dentro.
Y lo siento si todas estas palabras para ti carecen de sentido, pero a mi siempre me gustó el cuento de Peter Pan. Y al fin y al cabo, ¿quién no ha soñado alguna vez con poder volar?.....
         
                        

Una vez más, siempre tuya:
                                               la escritora.

2 comentarios:

  1. Me encanta, me gusta, ya echaba de menos leerte. Quiero que nos cueles más poesía cuando no miramos, es cuando de verdad la disfrutamos ;) Y a ver si nos vemos por las calles de Madrid (de una vez!). Sigo leyéndote conejita :D

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    1. jajaja gracias:)es verdad, resultaria divertido encontrarte por casualidad en esta ciudad (que no es tan grande como parece, por cierto)y asi sabria al menos que es de tu vida cunijet!
      PD: creo que pensaré eso de colar algo de poesía, la verdad es a mi me resulta un arte bastante difícil a la vez que preciso, delicado y dulce cuando se escribe desde el corazón.

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