Y cambio las reglas del juego. Ahora eres tú el que pierdes. Y no eres consciente de que esto es real; que has conseguido hacerme desaparecer. Sigo tirando los dados sobre el tablero. Y sale tres veces seguidas dobles. Voy a la cárcel. Miro por la ventana asegurándome de que el sol sigue brillando en el cielo. La vida continúa. Las cosas cambian. El tiempo se consume, y me presiona para que lo aproveche.
Y salgo al turno siguiente vestida de calle. Hace calor y no me acuerdo de cómo he llegado a donde estoy. Ni siquiera sé muy bien hacia donde conducir mis pasos. Pero vaya a donde vaya, tú ya no estarás.
Miro al horizonte. Y el corazón ya no me duele. Y tu imagen se difumina en mi cabeza. Te has ido.
Y en el informe del espía solo queda la descripción del rastro de una lágrima, que empapa la almohada de la celda en la que estuve prisionera cuando aún seguías jugando a mi juego.
Cojo aire y lleno mis pulmones. Lo suelto lentamente y poco a poco me acuerdo de cómo iba eso de respirar. Sonrío. Y espero que estés donde estés tú también seas feliz.
Te quiero aunque guarde silencio, te amo aunque no me atreva a decírtelo, te pienso aunque no estés, te añoro aunque estés y te sonrío aunque no me mires..ámame.
ResponderEliminarVaya... no se quién eres, pero escribes realmente bien. De todos modos gracias por sacarme una sonrisa. Aunque ciertamente, mi querido y anónimo lector, aunque no lo creas.... ya estaba sonriendo :)
ResponderEliminarUn saludo:
la escritora.
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ResponderEliminaroooooooooooohhhh ^________* mira que eres idiota ;P
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