miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tú representas tormenta, yo tu triste complicidad

Respiro profundamente, e intento no hundirme. Es como si cada bocanada de oxigeno que entra en mis pulmones fuera un golpe de remo que me permite avanzar en la tormenta en la que nos hemos sumergido juntos.
Y disminuye mi ritmo cardíaco aunque no lo pretendas, aunque esa no es la reacción que estabas esperando. Pero, sinceramente, ¿cómo quieres que reaccione?
Vuelven a golpearme tus "inocentes" palabras. Y sé que no iba en serio, que no lo crees... O que por lo menos no eres consciente de lo que estás queriendo decir cuando articulas todos esos sonidos, esos fonemas que viajan en el eco grave de tu voz.
Nunca se te ha dado bien eso de pensar en las consecuencias. Y es que meterte a remar en este barco significa hacerlo con fuerza, con constancia y contra el viento.
Pero te empeñas en ser tormenta en lugar de apaciguar este colérico instante.
Aún así, no dudes de que te quiero.
Eres mi tormenta y mi océano enfurecido, pero yo también soy cómplice de tus delitos cuando creo estar navegando y se que, en el fondo, nunca en mi vida he visto el mar.


Att: LadyWinter

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