Te alejas, como una sombra, sin decir adiós. Quema. Duele. Y no se cómo te sientes.
Estoy entre el fuego, ardiendo. Me derrito en medio de ninguna parte. No eres consciente de donde estoy, no quieres serlo. Te encuentras lejos y no vas a volver, y yo sólo puedo estar quieta, inmóvil, esperando a que lo recuerdes y vengas a por mi. Esperando a que me cojas y me lleves al fin del mundo como prometiste que harías. Pero las mentiras arden. Las promesas arden. Y el corazón duele.
Y de repente no quiero que vengas. No quiero verte. Nunca más. Si al menos supiera qué hay dentro de esa mente retorcida... si al menos me hablaras... si al menos.... Lloro, y mis lágrimas apagan el fuego. Y me quedo sola de nuevo. Y me voy. Por si acaso vuelves a buscarme, no estaré allí. No esperaré más.
Aunque
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