miércoles, 30 de octubre de 2013

Dentro del laberinto*

-Érase una vez, una jovencita cuya madrastra le obligaba siempre a quedarse en casa cuidando del bebé; y el bebé era un niño mimado, era todo para él y la jovencita era prácticamente, una esclava.
Pero lo que nadie sabía era que el rey de los goblins se había enamorado de la chica y le había dado ciertos poderes... y por ello la chica sufría en silencio; hasta que una noche, cuando el bebé había sido especialmente cruel con ella, llamó a los goblins pidiendo ayuda... "Di las palabras correctas" dijo el goblin, "nos llevaremos al bebé a la ciudad de los Goblins y tú serás libre". Pero la chica sabía que el rey de los goblins se quedaría al bebé en su castillo para siempre, para siempre, para siempre; y por ello la chica sufría en silencio. Hasta que una noche, después de todo un día de trabajo en casa y herida por las duras palabras de su madrastra, no tuvo más fuerzas para aguantar...
... ¡Rey de los Goblins! ¡Rey de los Goblins! 
¡si estás por aquí, llévate a este niño bien lejos de mi!
(-No es así, quién le ha enseñado esa idiotez?!
-La frase no empieza por "rey de los goblins!")
...Ojalá...ojalá...

ojalá vinieran los goblins y se te llevaran. Ahora mismo. 



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