lunes, 25 de marzo de 2019

A mi abuelo.

Usted se encuentra aquí. Una vez dentro del edificio, el frío de esa noche sin estrellas quedaba aislado tras las puertas automáticas de cristal. 
Todo el mundo suele decir que los hospitales se parecen a un laberinto; y que siempre te acabas perdiendo, pero eso sólo quiere decir que no están familiarizados con ellos. En realidad TODO está señalizado. Desde que entras por la puerta (sea la principal, la de urgencias o cualquier otra) las paredes están llenas de carteles que te indican cómo llegar a  donde quieras. Lo que pasa es que todo el que entra en un hospital, lo hace con la mente en blanco; y seguir los carteles resulta una misión imposible. No piensas cómo llegar hasta la persona que está dentro, sino cómo escapar de allí con ella una vez la hayas encontrado.
Guárdame un sitio en el cielo, si es que existe, pues allí confío que se halla tu alma.

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