lunes, 25 de marzo de 2019

El dolor se camufla entre sonrisas

No se lo puede creer, en menos de un mes ésta era su tercera multa por auto compasión. Pero lo reconoce, esta vez ni siquiera le quedan fuerzas para negarlo: se da pena.
Pero, para que lo entiendas, ha de remontarse en el tiempo a un pasado que en su cabeza se torna lejano, aunque en realidad, no sean más que unos meses.
Ni siquiera recuerda como empezó todo, o tal vez sí, pero su subconsciente se niegue a revivirlo. Sea como sea, una mañana despertó y todo había cambiado. Podría decir que llevaba tiempo viviendo allí, durmiendo en esa habitación de paredes azules, con las cosas guardadas en su orden desordenado dentro del armario; y cualquiera le creería. Incluso tú.
Pero sería mentira. Un engaño, una ilusión. Porque no vive allí, o al menos no siente que viva allí. En realidad, no es más que una parada (tal vez más larga de lo normal) en medio del camino.
Son como... ¿Unas vacaciones? No, para nada. Eso implicaría diversión, paz, calma.... ¡¡sonrisas!! Pero no gritos, ni enfados, y mucho menos lágrimas.
Siente quejarse, es la única manera que conoce hasta el momento para ponerse a salvo, soltarlo todo y poder verlo desde fuera, como si fuese una película. Sin duda, el tráiler de su vida sería uno de esos que le hacen a una perder las ganas de ir al cine (aunque fuera gratis).
Esta es la última escena que recuerda. Y es de esas que en un futuro tiene planeado eliminar de su mente:
"Descansa sobre su cama con los ojos abiertos, mirando al techo, pensando en voz alta. Lleva el pijama puesto, una básica negra y su chaqueta azul marina preferida encima, desabrochada. Inconscientemente, esconde las manos dentro de las mangas, un detalle que se ha convertido en costumbre, y que le hace sentir extrañamente protegida... y segura. Pero esta vez, algo es diferente. No siente nada, de hecho, se siente débil, frágil... se siente inútil. Tan inútil que queriendo llorar lo único que le sale es reírse".

Llega la policía de la Autocompasión.

- Le advertimos que a la siguiente le quitaríamos el carnet de autoestima.
- Lo sé, me he quedado sin puntos. Retíremelo.
- Tendrá usted que dejarlo todo y acompañarnos, es preciso que esté sola en esto, para poder recuperarse no puede tener más apoyos que los que encuentre dentro de sí.
- Entiendo.

Se desnuda la piel y se queda en tonalidad esqueleto menor, que brilla en un violeta de neón.
La policía enciende una hoguera y ella tira su capa de serpiente. Al arder hace ruidos de fuegos artificiales o de copos de maíz transformándose en palomitas. Un final siempre lleva a un principio. Una muerte a una vida. Un dejar atrás a nosotros mismos lleva a una reforma de la identidad.

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